Igual que harían en el futuro con los bucaneros del Caribe, Disney inició en la década de los 90 un intento de hacer una moderna adaptación de los tres espadachines que eran cuatro de Alejandro Dumas. La factoría confió al director Stephen Herek un buen presupuesto para hacer una aventura de capa y espada que debía intentar arrasar en taquilla.

El casting se componía de algunos actores que luego fueron bastante reconocidos, probablemente el malogrado Charlie Sheen fuera el más destacado como el seductor Aramis, mientras que Tim Curry realiza con bastante dignidad la tarea de encarnar al malvado (en su versión literaria) cardenal Richelieu.

También, Kiefer Sutherland ponía el liderazgo de Athos, Oliver Platt la fuerza de Porthos, Chris O´Donnell la galanura de D´Artagnan y Rebecca de Mornay una sensual, intrigante y acertada Milady. Pero, a pesar de tan buenas intenciones, la película no llega a arrancar en ningún momento, tiene un aire palomitero que no sería negativo, pero que es de los que rápido se ven y aún con más celeridad se olvidan.

Disney no aporta ninguna novedad relevante al relato, aunque si los suficientes cambios para molestar a los puristas de la novela, mientras que las coreografías de algunas escaramuzas y batallas son poco atinadas.

En esta ocasión, la franquicia de Mickey Mouse no encontró la piedra filosofal, quedándose el proyecto en otra peli más de los tres mosqueteros fallida... y van...