Una de las mejores películas de terror que nunca se han hecho. O quizás no. Tal vez, "Suspense" use el estilo gótico y los fantasmas para hablar de lo que realmente le interesa. Nos encontramos ante la hábil dirección de Jack Clayton, capaz de llevarnos justo a donde quiere, en un camino plagado de sutilezas. Hay mil fantasmas flotando en esta casa, pero los más terroríficos no son precisamente sobrenaturales.

El fantástico cuento de Henry James es mejorado todavía más por el talento de Archibald y Truman Capote, quienes dan un toque sexual muy pertinente a la trama. Por fortuna, el director peleó hasta el final contra la productora para hacer la versión en blanco y negro, ideal para la atmósfera que se quiere transmitir.

Sin "Suspense" (horrible traducción al castellano del título original), nunca hubieran existido filmes como "Los otros", siendo una influencia a día de hoy todavía palpable. Desde los títulos de crédito nos queda claro que la cosa va en serio, gracias a la habilidad de convertir cancioncillas infantiles en algo terrorífico.

Y, ante todo, el savoir faire de reparto. Deborah Kerr se come la pantalla en todo momento, cargando de matices a esta institutriz con más aristas de las que parecen. La actriz conoce a su personaje y explota cada registro que le permite. Si hay una historia capaz de mostrar los subjetivismo es está. Kerr firma el mejor trabajo de su carrera, cargando de ambigüedad cada uno de sus actos desde la entrevista para lograr su trabajo.

Es también una historia de "amor más allá de la muerte". Hay planos que les van a recordar a "Vértigo". Y es que estamos ante una auténtica obra de arte, que lo mismo nos lleva a los miedos más elementales a los temas más tabúes, mientras homenajea la Pietà de Michelangelo.

Admite los revisionados de forma fascinante. Recomendable a máximo.