"Monuments Men" tiene un regusto atávico que no resulta indigesto al espectador, aunque la II Guerra Mundial empieza a ser un territorio más y más explorado por el séptimo arte. Que George Clooney tiene buena mano para dirección era sabido, quizás más que como actor, dirán los maliciosos, pero no entremos en esos campos minados.

La trama de unos cazadores de tesoros y el dilema de si vale la pena sacrificar una mera vida humana por una decena de obras valiosas, podría haber sido un dilema más sesudo y un mejor film. O, si la cosa era, como pregonaba el propio Clooney, hacer una película a la antigua usanza en tiempos más inocentes, haberse echado a la aventura, renunciar a la profundidad y darlo todo, gozando de talentos como Bill Murray o John Goodman, nacidos para el género.

No obstante, el film cae en tierra de nadie, tan políticamente correcta que toda la familia podrá ir al cine a verla, aunque ninguno de sus miembros quedará embelesado por el proyecto. Todo el mundo está bien, la película eficazmente rodada y nadie destaca en un reparto coral, objetivos cumplidos... pero la misión no llega a embelesar del todo a propios y extraños.

No es una aventura de John Wayne y un alegre comando de aulladores norteamericanos en la Europa ocupada por los nazis, tampoco la gamberrada genial de "Malditos bastardos"...pasan los minutos y no se hacen eternos, mas no suspiras por una hipotética secuela que te haga regresar a este universo.

La escultura estaba bien hecha...lástima que no hablase, como hubiera dicho el gran Miguel Ángel. Personalmente, echo en falta esa chispa de pasión en una obra correcta y bien dirigida.