"Cien años de perdón" comienza una mañana lluviosa en una sucursal valenciana. Nada es casual desde los primeros compases. El tipo de transacciones que hacen los clientes, las conversaciones que tienen con los empleados y la atmósfera que se respira reflejan algunos de los sinsentidos de nuestro modelo económico actual y este contexto de crisis.

En este contexto surge la banda de atracadores liderados por El Uruguayo (excelente Rodrigo De la Serna). Unos criminales irreales y ficticios, capaces de mantener el aplomo y ejecutar sus hurtos sin baños de sangre. Justo las piezas que el argumento y la buena dirección de Daniel Calparsoro quieren que tengamos para convertir este thriller en una curiosa fábula, una especie de revancha incruenta contra muchos de los desfases que se han hecho desde las altas esferas.

"Cien años de perdón" se ve con intensidad y, síntoma de inteligencia, es de celebrar la duración que tiene. La precisa para mantenernos expectantes, no demasiado alargada tampoco para no asfixiar en ese banco cercado por diferentes frentes. Pronto, incluso entre los miembros de la banda surgen las dudas, habida cuenta de que hay algo más que dinero en el botín que han ido a tomar...

Las actuaciones rayan el sobresaliente, destacando a un Luis Tosar empeñado en seguir mejorando a cada película que pasa. Destacar también espléndidos aportes como los de Raúl Arévalo, Patricia Vico o José Coronado, entre otros.

Hay mucho detrás de esta cortina si se sabe ver.