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España España · Córdoba
Voto de El Libanés:
3
Ciencia ficción. Fantástico. Acción La ciudad de Gotham está amenazada por un hombre que intenta vengarse de la Humanidad; su rostro está desfigurado por el ácido y se hace llamar El Caras. Por otra parte, un psicópata con intención de dominar el mundo ha inventado un estrafalario aparato que permite absorber las ondas cerebrales de los seres humanos. Ambos se unirán para lograr sus propósitos. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joel Schumacher desembarca en la franquicia del murciélago más característico de Gotham, para efectuar una taquillera cinta, que, sin embargo, se alejó mucho del modelo gótico impartido por Tim Burton en sus dos adaptaciones anteriores. Pese a ello, aunque resultó impresionantemente bien en el mercado, "Batman forever" está envejeciendo mucho peor que, por ejemplo, la menos rentable económicamente "Batman vuelve".

Varios aspectos explican esta aparente paradoja. A pesar de contar con un reparto muy potente, los personajes no están bien trabajados. Val Kilmer, al igual que posteriormente haría George Clooney, se aleja del atormentado Bruce Wayne para crear a un héroe disfrazado más, sin la esencia del justiciero de Gotham. Asimismo, comparte el defecto de Burton de reducir al comisario Gordon a una mera comparsa, mientras que Chris O´Donnell caracteriza a un Robin macarrilla pero de buen corazón, con gran afición a las motos... Buff.

Mientras tanto, Nicole Kidman aporta belleza pero poco más, a una psicóloga cuya principal característica es estar fuertemente atraída por el justiciero encapuchado, hasta unos niveles que le hacen dudar a uno quién de los dos necesita más terapia. En una genialidad que no alcanza el público a comprender, Schumacher y su equipo explican la tragedia de Harvey Dent mediante un flashback televisivo, convirtiéndose el anti-heroico Dos Caras en un Tommy Lee Jones enloquecido y encantado de conocerse a sí mismo.

Mención aparte merece Jim Carrey como Acertijo, quizás uno de los pocos personajes surgidos de la imaginación de Bob Kane y Bill Finger, que se prestan a sus muecas y cabriolas. Totalmente histriónico, algún momento ridículo como ir a casa de Wayne con una bicicleta, casi son las carcajadas más honestas que uno suelta durante su visionado.

En cuanto a las escenas de los dos villanos yendo a birlar dineros a los bancos con sus novias (una de ellas, Drew Barrymore), casi hacen resucitar la estética camp de la serie de Adam West.

En definitiva, un producto tan peculiar como dinamitador de lo que había hecho Burton.
El Libanés
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