Hartley, aprovechando el fin del milenio, decide pasarse de forma decidida a lo experimental, convierte a Donovan en Jesucristo, al sobreactuado Thomas Jay Ryan en demonio, y presenta una historia que, sabiendo genericamente de que va, no entiendes por donde la lleva, y como es cine experimental, todo esto lo hace difuminando las imágenes, y haciendo decir a los actores textos de alta pedantería.

El resultado, .... que quereis que os diga, lo mejor que puedo decir es que sólo dura 63 minutos, y que sale P J Harvey, el resto, pues como el peor Hartley pero encima en una versión experimental que quita fuerza a sus imágenes, y no aporta nada a la historia.

Floja.