Es curioso ver como al comienzo de la cinta parece que nos vamos a encontrar con una realización semejante a la de 'Paranormal Activity', con cámara en mano de uno de los protagonistas a modo de documental falso. Pero tras unos pocos planos, esto cambia, y aunque ningún personaje se haga cargo de la cámara se sigue con la misma fórmula, evocando a un documental falso pero sin serlo. Algo que descoloca un poco.

En general la historia se compone de fórmulas típicas que hemos visto miles de veces: personajes jóvenes, fornidos y medio idiotas que toman las decisiones que ningún ser humano tomaría, coche que no arranca cuando tiene que arrancar, escenas que alargan de una manera excesiva la tensión hasta el susto final etc. Cabría destacar el recurso de no mostrar al monstruo hasta el final (siguiendo la estela de grandes films de terror), pero en este caso es excesivo y hasta pretencioso. En definitiva, una sensación de persecución continua que más bien se podía haber plasmado en un cortometraje y no en tanto metraje. La información recibida hubiera sido la misma.

Lo mejor de la película es la interpretación estelar de un oso pardo que aparece paseando por el quinto piso de un edificio medio en ruinas y abandonado. Dosis de sorpresa-pantomima para abrir boca.

Un indignante y aburrido film tanto para los amantes del buen cine de terror como para los comepalomitas. 'Atrapados en Chernóbil' no es otra cosa que un trozo de basura radioactiva altamente contaminante para el espectador.