Esta es una entretenidilla serie policiaca que ha envejecido muy mal, como les ha pasado a muchas series de los 70.

Su productor (el que ponía la pasta, para que nos entendamos) fue Aaron Spelling, el mismo de "Los Ángeles de Charlie", "Starsky y Hutch" y varias series más conocidas por todos.

Tiene una buena elección de actores que encarnan a personajes con todos los tópicos:

-Mark Shera (Luca). Típico italiano guaperas y bromista.
-Rod Perry (Kay). Policía de color que tiene cierto protagonismo en un par de capítulos en los que se enfrentan con bandas de racistas.
-James Coleman (T.J.). Este es mi favorito. No tiene casi protagonismo en ningún episodio, casi no tiene diálogo, mientras los otros hacen cosas guays, él se pasa el tiempo subiendo a los tejados: "T.J. al tejado"
-Steve Forrest (Harrelson) es el jefe de la unidad, tiene una relación casi paternal con los otros policías.
Para un cincuentón Steve Forrest, esta serie fue su gran oportunidad después de no ser más que un actor de segunda durante toda su carrera.
Por cierto, al principio de la serie era un amante esposo y padre de familia, pero luego su familia desapareció y a él lo ponían a ligar con jovencitas. ¡Que cachondos estos americanos!
-Robert Urich (Street), tiene un papel de más peso que los otros actores, tal vez porque vieron que era más versatil y tenía más futuro.
Más tarde protagonizó "Spenser, detective privado".
Del resto del reparto poco más se supo.

Los argumentos de los capítulos son bastante repetitivos, nada más que ves aparecer a los villanos de turno, piensas por su aspecto que van a acabar bajo las balas.

A mí particularmente, siempre me ha parecido que los exteriores de todos los capítulos se rodaban en los mismos escenarios.

La famosísima música de Barry de Vorzon es muy pegadiza, pero de sonar tantas veces a lo largo de cada episodio acaba resultando cansina.

Resulta chocante que el programa fuera cancelado en la cima de su popularidad acusándolo de un exceso de violencia, porque viéndolo ahora puede resultar casi infantil.

Una serie de la que es recomendable ver solo tres o cuatro capítulos, porque los demás son casi iguales.

Por nostalgia, le doy un aprobado