Impresionante arranque. Pa negre no es invención de Agustí Villaronga sino que sale de las páginas de la novela homónima de Emili Teixidor. El director mallorquín solo traslada la historia del papel a la imagen en movimiento, con un poderío visual y una alegórica fantasía que hacen creíble ese desgarrador y lírico relato. La película narra la vida de un niño llamado Andreu, cuya familia pertenece al bando de los republicanos, que un día encuentra en el bosque los cadáveres de un hombre y su hijo. A partir de ahí, se produce en Andreu el despertar de una conciencia moral que se opone a un mundo de mentiras y oscuras traiciones; el mundo de los adultos.

Ambientada en un pueblo catalán durante los años de la posguerra española, este realista drama de la época posee el inconfundible poderío y la violenta expresividad de Agustí Villaronga. Un drama que retrata la España vencida, la pobreza, los ideales y la pérdida de la infancia. Perfectamente ambientada en unos escenarios y paisajes muy adecuados, con una excelente fotografía de Antonio Riestra, un reparto de lujo, en el que destaca una espléndida Nora Navas y unos convincentes trabajos de los niños, no tanto los irrelevantes actores adultos o el personaje secundario de Laia Marull, todo ello narrado con un ritmo y un tono clásico a la vez que moderno.

Pa negre no es otra película sobre la posguerra española, es más que eso, una inquietante, compleja y sombría visión sobre el deterioro de la mente humana después de una guerra.