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España España · Málaga
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10
Western Ransom Stoddard (James Stewart), anciano senador del Congreso de los Estados Unidos, explica a un periodista por qué ha viajado con su mujer (Vera Miles) para asistir al funeral de su viejo amigo Tom Doniphon (John Wayne). La historia empieza muchos años antes, cuando Ransom era un joven abogado del este que se dirigía en diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía e imponer la ley. Poco antes de llegar, ... [+]
8 de enero de 2010
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda obra de arte es reflejo del pensamiento, el carácter y los sentimientos de su creador, ya sea intencionadamente o no. John Ford, siempre atento al pasado de su país, pretende mostrarnos un pequeño fragmento de la Historia sin descuidar por ello una personal interpretación o una siempre necesaria atención a los aspectos más humanos del relato que desarrolla.
La sabiduría, claridad y sensibilidad con que el cineasta aborda el espléndido guión no hace sino provocar palabras de admiración y dejar para la posteridad una pieza clave dentro del género, que adquiere tonalidades crepusculares de grandísima relevancia: con Liberty Valance se va una época, un estilo, un modo de vida.

John Ford, para mí uno de los más grandes e importantes artistas del s.XX y, por supuesto, el número uno en esto del cine, hace un alarde de maestría en una película redonda, ensamblada con sutil precisión y rebosante de un nostálgico lirismo para despedir un género que ya no volvería a beber de los mismos temas. Fue esa poesía elegante, cercana y melancólica la que heredaría en cierto modo el bueno de Peckinpah.

El cine de Ford, que abandona aquí el tono épico de sus legendarios westerns pero no el romanticismo, vuelve a emocionar con una belleza y una sencillez comparables a la flor de un cactus. Sólo por lo bien retratados que están los personajes, con su conflicto de intereses; por contemplar algunos de los magníficos planos del ya tradicional director de fotografía que acompañaba a Ford, William H. Clothier; sólo por ver el rostro lleno de amargura y furia de John Wayne o al médico borracho recitando a Shakespeare, es indispensable disfrutar no una, sino varias veces de lo que para mí es un ejemplo de película perfecta.


[sigo en spoiler sin desvelar nada]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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