Trust no está nada mal como película, ya que se aproxima a un fenómeno social bastante reciente como son los depredadores sexuales por Internet, y lo hace sin demasiada sensiblería ni moralismos de por medio. La realidad que presenta es madura, crítica y muestra muy bien la indefensión de una menor de edad ante este tipo de depredadores. Creo que Liana Liberato lo hace muy bien y le da mucha credibilidad a su personaje, pero el padre me acaba empachando y su conducta obsesiva hacia el final acaba resultando poco creíble; lo mismo sucede con la madre, que parece que sólo está ahí para recriminarle al padre sus salidas de tono (en este sentido, hay una misma escena que se repite como mil veces para decirnos exactamente lo mismo).

De todos modos me parece una película muy valiente, en la que se trata sin mojigatería la sexualidad de una menor con escenas angustiosas por lo que se muestra: choca mucho ver al depredador sexual, con sus 40 tacos, en la habitación del hotel junto al cuerpo apenas formado de la chica. El mejor momento, sin embargo, tiene lugar cuando el padre empieza a imaginar cómo ha sido la violación. Sublime, sin más, y visceralmente valiente.

Hacia el final, cuando ya hemos visto cómo el suceso ha minado la vida familiar y las consecuencias que ha tenido en la vida de la protagonista, la película se desinfla hasta resultar bastante pesada y predecible, encima con la guinda de un final conciliador que deja el asunto tibio, ni frío ni caliente, cuando lo que todos queríamos ver era qué sucedía finalmente con el depredador. Al cual se hace referencia en una acertada, pero demasiado breve, secuencia recortada por los títulos de fondo.

Así pues, resulta interesante hasta cierto punto pero su final de globo pinchado le quita muchos enteros. Entre otras cosas, como por ejemplo esa manía de dejar cabos sueltos en los guiones que a mí, personalmente, me molesta mucho (¿qué pasa con el vídeo que graba el depredador? ¿quién le monta a la chica esa web insultante en el instituto? etc. etc.).