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España España · Barcelona
Voto de Glasshead:
9
Drama. Thriller John Grant, un excelente profesor que llega a una ciudad de mineros situada en un inhóspito desierto, decide pasar allí la noche antes de coger un avión para Sydney. Pero pasan cinco noches y parece que Grant se está acercando poco a poco a la autodestrucción. Cuando los efectos del alcohol empiezan a distorsionar su percepción de las cosas, surgirá un aspecto de su personalidad muy poco agradable, que se traduce en un gran desprecio por sí mismo. (FILMAFFINITY) [+]
20 de octubre de 2014
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran película, y el primer consejo a la hora de acercarse a ella es no verla en un día de resaca, ya que puede ser psicológicamente demoledora.

Dicho esto, diría que el triunfo de este filme de culto no es presentar un pueblo hostil hacia el extranjero, lo que hemos visto en cientos de películas de rednecks vs civilización, sino al contrario, hacer un retrato esencialmente realista, atemporal, universalizador y en el que es fácil identificar aspectos que conocemos muy de cerca. Porque cualquiera que viva en un pueblo sabrá que Bundanyabba se proyecta sobre todos, que concentra las claves para entender determinados comportamientos, ciertas actitudes autodestructivas, tóxicas, difíciles de entender si no se han experimentado en primera persona o si no se ha visto antes una película así.

El protagonista es una persona frustrada, que se siente fuera de lugar, "mejor" que los lugareños, distinto, y una mala racha es suficiente para que su voluntad se doblegue y caiga de bruces en las fauces del alcohol y de una vida dispersa y sin cambios, en la que prima la gilipollez del "subidón" y ponerse hasta el culo cada día, y así hasta el final. La visión humanista de este filme se basa en que, como he dicho antes, los lugareños no son hostiles sino, al contrario, francamente amables y acogedores, buenas personas, pero demoledoramente tocadas por la perversión del alcohol, porque siempre han vivido en ese entorno y porque no quieren ser nada más que eso. Son insectos que viven en una charca, felices de subsistir a base de cerveza, whisky y tontería, y el profesor de pueblo se entrega con alegría a estos vicios.

La película describe muy bien el proceso de pérdida de la estabilidad del yo, de destrucción de la personalidad. Esto lo entenderá muy bien quien alguna vez se haya pegado una fiesta de tres días seguidos: esta película es el momento de volver a casa, es esa sensación de derrota y de tristeza absoluta. En una de las lecturas, se trata de la aceptación de la persona de que es tan miserable, vacío y absurdo como todos los que le rodean, y el final es la derrota.

Para el recuerdo queda el magnífico personaje de Doc (el tipo de ciudad totalmente sometido -y sin ninguna voluntad de cambio- a las costumbres campestres; una frase deliciosa: "aquí mi alcoholismo pasa desapercibido"), las ultrarrealistas escenas de borrachera y sí, una muy desagradable escena de caza de canguros que bien podrían haberse ahorrado, por más que subraye el mensaje de la película.

A partir de este filme, veréis con otros ojos los pueblos de palurdos.
Glasshead
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