Bueno, bueno... ¿por dónde empiezo? Veamos... es mala. Pero mala, mala. Me encantan los videojuegos, pero este definitivamente no es el tipo de homenaje a los clásicos que esperaba. Una película repleta de humor con poca gracia, estereotipos varios, escenas de acción sosas y previsibles, y una historia que a veces intenta ser interesante, pero acaba en romance de comedia barata (y no revelo nada diciendo esto, a los quince minutos ya sabréis cómo termina).

Y como nota adicional, no hay ni un solo personaje femenino que no sea poco más que una mujer objeto. Ni uno. Me sorprende que alguna que otra cara conocida se haya prestado para ciertas bromas. No es que sea un activista del feminismo, pero es que llama bastante la atención.

Poco queda en Pixels de aquel curioso cortometraje en el que está basada. La película empieza con una vuelta a los 80 en lo que con seguridad son sus mejores minutos. Pero el salto al presente lo estropea todo. La mayoría de las bromas, y hay muchas, son lamentables. Quizá algunas hubieran servido como humor absurdo, pero hay tantas y tan seguidas que acaban por cansar más que hacer reír. Y todo el guión está cimentado en ellas. El resto es una historia simplona que jamás logra ser mínimamente atractiva, en la que lo mejor, por decir algo, es el personaje interpretado por Josh Gad, el único que llega a tener gracia más de dos veces seguidas.

Las referencias a juegos clásicos están por todas partes (más un poco de publicidad de algún juego actual, al fin y al cabo la película la produce Sony), pero quedan ahogadas en la mediocridad de todo lo demás. No quiero estropear ninguna sorpresa, pero hay alguna aparición estelar inesperada, y sin duda Nintendo tiene el mayor protagonismo. A la vista del resultado, no creo que sea un gran mérito.

No me gusta dar notas bajas a las películas porque entiendo el trabajo que cuesta sacarlas adelante, y en general siempre hay algo positivo que destacar, pero con un resultado tan atroz me veo obligado a ponerle un suspenso. La decepción ha sido tremenda. Había leído críticas negativas pero tenía esperanzas de que me acabara gustando aunque fuese un poco tonta. Pero es que es tonta con ganas.

En fin, siempre nos quedará volver a ver el cortometraje original.