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Voto de La Taverna del Mastí:
8
Drama Para Jack, un niño de cinco años, la habitación es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y aprende con su madre. Por la noche, mamá lo pone a dormir en el armario, por si viene el viejo Nick. La habitación es el hogar de Jack, mientras que para su madre es el cubículo donde lleva siete años encerrada, secuestrada desde los diecinueve años. Con gran tesón e ingenio, la joven ha creado en ese reducido espacio una vida ... [+]
4 de marzo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El genial novelista estadounidense Stephen King, un verdadero especialista en plasmar sobre el papel historias de terror y de ciencia ficción, afirmaba que los monstruos son reales, viven dentro de nosotros, y que a veces suelen ganar. Pienso que el bueno de Stephen tiene toda la razón del mundo al afirmar tal cosa, solamente basta con ver las barbaridades que han hechos diversas personas, a lo largo de la historia de la humanidad; tanto si son seres conocidos, como dictadores políticos responsables de auténticos genocidios que hielan la sangre; al igual que gente desconocida realmente perturbada capaz de asesinar, violar o tener cautiva a otra persona. En la película que vamos a tratar, titulada "La habitación", uno de tantos esos monstruos que pululan entre nuestra sociedad, tiene secuestrada a una joven mujer y encerrada en una pequeña habitación, junto con su hijo de cinco años, fruto de las múltiples violaciones que le inflige el desalmado. Para ese niño pequeño, esa habitación es todo el mundo que conoce, donde desarrolla toda su vida, donde ha nacido... no conoce otra cosa que no sea ese pequeño habitáculo. Todo lo demás, lo que se encuentra fuera de esas cuatro paredes, es el espacio exterior, la nada más absoluta. Para la joven madre, ese lugar es el mismísimo infierno. El sitio donde lleva encerrada siete años. Aquel que le ha arrancado toda la esperanza, los sueños y aspiraciones de su vida. Lo único por lo que vale la pena luchar y seguir respirando es ese niño, el pequeño churumbel ajeno a la cruda realidad. Él es la débil luz que ilumina su oscuro túnel, y quizás la única esperanza de escapar de allí.

Podría afirmar con total seguridad que no existe ningún precedente cinematográfico que sea igual a esta historia, que para más inri, está basada en los hechos reales que venían plasmados en la novela homónima de Emma Donoghue, la misma que firma también el guión. Posiblemente, la valentía que derrocha esa joven madre coraje para proteger a su hijo de tal barbarie, manteniéndolo al margen de la terrible realidad todo lo posible, y haciéndole creer que todo ello es un juego maravilloso; se puede equiparar a los actos de Guido Orefice para salvar la vida de su hijo, en aquel maldito campo de concentración nazi, de la cinta de Roberto Benigni "La vida es bella" (1997). Y es aquí donde su director nos muestra la dualidad del comportamiento humano (llevados al extremo). Por una parte, tenemos el amor incondicional que le profesa una madre a su hijo; y por otro lado, el retrato de una criatura detestable con apariencia humana, capaz de infligir dolor por puro entretenimiento (y encima siendo consciente de ello), tal y como razonaba el popular escritor estadounidense Mark Twain. Unas actitudes tanto irreprochable como despreciable según el caso, que pone de manifiesto la complejidad del ser humano con respecto a las otras especies del planeta, capaz de lo mejor y de lo peor.

Brie Larson se ha doctorado definitivamente con esta película. Apuntaba maneras con la interesante cinta independiente "Las vidas de Grace" (Short Term 12, Destin Cretton, 2013). Su interpretación de Joey, la madre que protege la integridad de su hijo, es tremendamente titánica, y total merecedora del premio Oscar; aunque tampoco debemos olvidarnos del debutante Jacob Tremblay, que encarna a nuestro pequeño protagonista, aquel que con sus inocentes ojos nos hace ver aquello que nos decía el novelista Ernest Hemingway: "El mundo es un hermoso lugar por el que vale la pena luchar"... a pesar de que hayan monstruos habitando en él.

En síntesis, "La habitación" es una película demoledora, sin concesiones ni medias tintas. Es una auténtica pedrada en la cara. Una imprescindible obra maestra que te zarandea y hiere; pero también te inspira, te hace reflexionar sobre la condición humana y te deja un profundo calado. Sin duda alguna, es recomendable afrontar la experiencia de visionar este largometraje sin saber demasiado sobre él, dejando que te sorprenda, te golpee y deje tu corazón y tus nervios hechos añicos.
La Taverna del Mastí
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