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Voto de La Taverna del Mastí:
6
Ciencia ficción. Acción Desde el inicio de los tiempos Apocalipsis, el mutante más poderoso que ha existido nunca, era adorado como un dios mientras acumulaba los poderes del resto de mutantes convirtiéndose en un ser inmortal. Tras miles de años dormido, despierta en un mundo que no le gusta y por ello recluta un equipo, encabezado por Magneto, para acabar con toda la humanidad y crear un nuevo orden mundial. Pero el Profesor X, con la ayuda de Mística, se ... [+]
30 de mayo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de entrar de lleno en la valoración propiamente dicha de la última entrega de la segunda trilogía de los X-Men, me gustaría hacer un pequeño repaso retrospectivo para ponernos en situación. En primer lugar, huelga decir que "X-Men" (Bryan Singer, 2000) supuso un importante punto de inflexión en el cine de superhéroes, ya que desde "Batman" (Tim Burton, 1989) podríamos afirmar perfectamente que el género estaba bastante estancado en la mediocridad cinematográfica, careciendo de películas que hicieran justicia a los personajes de los cómics. 'Casposidades' como "Capitan América" (Albert Pyun, 1990), "Los 4 Fantásticos" (Oley Sassone, 1994), "The Phantom" (Simon Wincer, 1996) o las catastróficas entregas de "Batman" firmadas por Joel Schumacher ("Batman Forever" y "Batman & Robin")... entre otras tantas, son claros ejemplos de como se las gastaba el género por aquellos lares.

La primera de "X-Men" de Singer devolvió la seriedad a las adaptaciones cinematográficas de superhéroes de cómic, con una trama argumental sobria y adulta, además del correspondiente avance tecnológico, con unos efectos especiales verdaderamente brillantes y novedosos. Digamos que fue la antesala de la corriente de adaptaciones que actualmente inundan nuestras carteleras.

Una vez vista su importancia dentro del género, vamos a analizar la saga desde un plano más argumental. La primera trilogía mutante, iniciada por Bryan Singer con las dos primeras entregas (estrenadas en el 2000 y 2003 respectivamente) y terminada por Brett Ratner en 2006 con "X-Men: La decisión final", tenían un hilo argumental autoconclusivo. Tras el tremendo desaguisado perpetrado por Ratner en su "Decisión final" (con diversos superhéroes fallecidos y otros tantos perdiendo sus poderes, entre otras calamidades), a la productora Metro Goldwyn Mayer no le quedó otra que centrarse en los 'spin offs' protagonizados por su mutante estrella, Lobezno.

No fue hasta el 2011, cuando la Metro fichó al siempre interesante cineasta británico Matthew Vaughn (que por aquel entonces acababa de firmar la estupenda "Kick Ass"), que revitalizó una saga mutante herida de muerte con "X-Men: Primera generación", que supuso un verdadero soplo de aire fresco a la franquicia. Una precuela que nos relataba los años mozos de Charles Xavier y Erik alias Magneto, como se conocieron y los motivos que los llevaron a enfrentarse en el futuro.

Después de este genial reinicio, el director estadounidense Bryan Singer (que hasta esa fecha solamente ejercía como productor, excepto de la desastrosa "X-Men 3"), decidió ponerse tras las cámaras con la que posiblemente sea la mejor entrega mutante Marvelita de todas, ya que "X-Men: Días del futuro pasado" elevó muchísimo la calidad argumental, con una historia compleja que funcionaba, a partes iguales, como secuela tanto de la primera trilogía como de la "Primera generación", arreglando los disparates de la susodicha entrega de Ratner.

Llegados a este punto, y ya entrando en la valoración propiamente dicha de la película que nos concierne "X-Men: Apocalipsis"... con las 'espadas' en todo lo alto (viendo los precedentes), las expectativas con esta nueva entrega eran máximas; aunque igualar el alto nivel ofrecido por "Días del futuro pasado" era tarea ardua complicada. Digamos que ésta solo supera a la 'Decisión final' de Ratner, suponiendo un paso atrás en la franquicia.

La premisa nos sitúa diez años después del incidente en Washington (acontecido en la subtrama de 1973 de "Días del futuro pasado"), cuando despierta tras miles de años Apocalipsis, el primer y más poderoso mutante del universo X-Men de Marvel, que desde los albores de la civilización fue adorado como un dios. En pleno 1983, Apocalipsis se encuentra desilusionado con el mundo en que se encuentra y decide reclutar un equipo de mutantes poderosos, entre ellos a un descorazonado Magneto, con el fin de limpiar la humanidad y crear una nueva orden mundial, sobre la cual él reinará. A medida que el destino de la Tierra está en juego, Raven con la ayuda del Profesor X se unirán junto a un equipo de jóvenes X-Men para detener a su mayor enemigo y salvar así a la humanidad de la destrucción total.

Aunque visualmente sea maravillosa (como es costumbre en las últimas producciones de este tipo), argumentalmente se reduce a la clásica lucha entre el bien y el mal, con un villano todopoderoso de manual carente de matices... llamado Apocalipsis, el cual va acompañado de sus cuatro jinetes (para rizar más el rizo, si no estaba ya rizado de por si). Las motivaciones del malo de la función es destruir el mundo sin más, porque posee el poder para hacerlo. Más plano y previsible no puede ser la cosa; sin embargo, la película es muy entretenida, y está repleta de fibrosas escenas de acción épica que deleitarán a los fans del género. En definitiva, un filme de superhéroes más para aquellos que solamente buscan evadirse durante un par de horas largas.
La Taverna del Mastí
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