Película realizada para la televisión americana aprovechando el tirón de Tobe Hooper y Stephen King, que de algo tenían que vivir, en la que poco hay que destacar.

Como idea general, la de un pueblo cayendo en la garras de un vampiro tal cual virus anémico, es sin duda lo único realmente interesante. ¿Por que una idea que en sí es aterradora acaba convirtiéndose en una obra menor inocente y sin fuerza? La respuesta es simple, la audiencia americana de los finales de los 70, donde los Brady alcanzaban cotas de audiencia inimaginables, no sería capaz de soportar ni un ápice más de terror. Así que con un par de escenas decentes el resto no es más que una débil muestra de todos los tópicos vampiriles que se te puedan ocurrir, eso sí, más cercanos al Nosferatu de Murnau, que al típico Conde Drácula de los años 40.


Como ávido lector de novelas de Stephen King, es una pena que casi siempre sean las televisiones las que con tal de copar varias horas de audiencia usen obras de King transformándolas en películas que sólo por los amantes de escritor ya tendrán de por sí audiencias mínimas y comercialmente complacientes.

Menos mal que Kubrick, Brian de Palma y el propio Spielberg se pararon en serio a realizar películas dignas de uno de los mejores escritores de novela contemporáneos. No es un gran escritor, técnicamente hablando, pero imaginación no le falta.