Cuando en 1987 se inició el rodaje de la serie "Star Trek: La nueva generación", pocos creían que aquello durase. El propio Patrick Stewart, en unas declaraciones que ya son un clásico, dijo que se enroló creyendo que tendría trabajo durante una temporada. Después, lo cancelarían y volvería a sus obras de teatro. Y Marina Sirtis llegó a temer por la eliminación de su personaje durante la primera temporada. A fin de cuentas, era meter caras nuevas en un negocio dominado por Shatner, Nimoy y compañía. Por todo ello, que la serie durase siete años fue llamativo.

Sin embargo, sus responsables tenían planeado alargar este apéndice de la franquicia saltando a la gran pantalla por lo que, tres días después de acabar de rodar el último episodio, se empezó con la fotografía principal del primer largometraje, "Star Trek: La próxima generación", en donde Picard y Kirk compartirían historia y planos en uno de esos momentos grandiosos que tanto gustan a sus seguidores (si ha visto esa película, vea spoiler 1).

Dos años después se estrenó esta otra, "Star Trek: Primer contacto", en donde los protagonistas debían hacer frente a los Borgs, criaturas mostradas en la serie de televisión ochentera pero nunca bastante desarrolladas, razón por la cual gozaban de un aura de misterio que fascinaba a sus seguidores (si ha visto la serie, vea spoiler 2). Algo así como el Boba Fett de Star Trek. Al frente pusieron a Jonathan Frakes, el actor que había encarnado a la mano derecha de Picard durante estos nueve años, y a quien le había picado el gusanillo de la dirección durante el rodaje televisivo. De hecho, llegó a dirigir algún episodio.

"Star Trek: Primer contacto" acabó siendo una buena película, con un desarrollo bien planteado y resuelto, en donde se supo jugar con los viajes en el tiempo. De hecho, y nada más empezar, la película presenta a Picard dándole una somanta de hostias al colectivo Borg ante la incapacidad de la Federación para pararles los pies (si ha visto la serie, vea spoiler 3). El hecho de regresar luego al pasado y contar la invención del motor de curvatura y el primer contacto entre humanos y extraterrestres fue, sin duda, una jugada histórica que los seguidores aplaudieron con una taquilla mundial de $146 millones. No estaba mal para un presupuesto de $45 millones.

Asimismo, la presencia de un facineroso potente y con un aire morbosamente libidinoso gustó mucho. Hay que recordar que los Borgs arrastraban el problema de ser una mente comunal. La inexistencia de una entidad que personificase su maldad y ambiciones, pues todos podían servir como interlocutores, hacían de este enemigo un problema. Los espectadores necesitan focalizar los sentimientos y acciones en personajes concretos, de forma que puedan identificarlos y catalogarlos con facilidad. Los Borgs lo impedían, de ahí la necesidad de acabar creando a alguien a quien poder dirigirse (véase spoiler 4).

En resumen, la mejor película de las protagonizadas por la nueva generación, y preámbulo de la que sería la peor, "Star Trek: Insurrección". Qué cosas, Frakes dirigió lo mejor y lo peor de la nueva saga cinematográfica.