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Voto de Jose_Lopez_5:
5
5,1
57.671
Aventuras. Comedia. Romance
De vacaciones en una isla tropical con su novio, Robin Monroe, una ambiciosa editora de una revista de Nueva York, accede a cubrir un reportaje en una isla vecina. El único avión disponible en la isla lo pilota Quinn Harris, un tipo bebedor y pendenciero que le desagrada profundamente. Pero ella no tiene elección y él necesita el dinero, así que emprenden el vuelo. Sufren un accidente y van a parar a una isla deshabitada. (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Punto de inflexión: aquél en el que una tendencia cambia. En análisis de funciones, ese pequeño dolor de huevos para los estudiantes, con frecuencia mezclando concavidad y convexidad, cuando la primera derivada sale cero.
"Seis días y siete noches" (1998) fue el punto de inflexión en la carrera estelar de Harrison Ford. Al menos, así lo defiendo yo. La cinta en donde Ford dejó de ser una gran estrella cuyos estrenos había que ver con la misma intensidad con que se promocionaban, para ser otro actor al que se le había acabado su buena época (véase spoiler 1). Desde entonces, o la taquilla no brilló igual, o la calidad de sus trabajos mermó horrores.
Porque "Seis días y siete noches" es una cinta con poca chicha. Muy poca. Recurriendo a la memoria, fue mucho más el bombazo publicitado que el producto resultante. Normal, ya que aquello de una historia de amor protagonizada por un Ford con aires de aventurero aún tenía pegada, y había que explotarlo (ains, Indiana). Sin embargo, lo que nos tragamos fue una historia de amor trillada e inverosímil. Una centrada en una isla olvidada, con dos sucedáneos de Robinson Crusoe, que acabó siendo un petardillo menor. Máxime cuando la poblaron con elementos que pendulaban entre lo inverosímil y lo anacrónico.
Y es que lo de crear tensión sexual entre un hombre de 56 años y una joven de 29, es algo para hacérselo mirar. Puede que a Hollywood le encante la idea de que hombres muy maduros se líen con jovencitas, en lo que es la versión refinada de un viejo verde, pero, amén de ser un hábito molesto, hay límites que es mejor no traspasar si no se quiere hacer el ridículo (véase spoiler 2). Vamos, que lo de Anne Heche y Ford no se lo tragaba nadie. Y menos con la rapidez que sucede todo.
Luego tenemos el asunto de los piratas. Una tontería que no aporta nada a la historia, salvo hacer correr a los protagonistas, amén de resultar anacrónica. Que sí, que en aguas de África aún había piratas en la primera década del nuevo milenio, pero eso no quita que aquí chirriasen. Y menos unos piratas subnormales (véase spoiler 3).
Quizás el origen de los problemas haya que buscarlo en quien orquestó este truñete, Ivan Reitman. Director sobrevalorado que, en el 98, aún pretendía emular las aventuras que habían funcionado en los ingenuos 80, pero que patinó al no entender el nuevo mundo en el que ya vivía. Uno con los primeros móviles e Internet, y con gente menos dispuesta a creerse estas chorradas aventureras. No exagero al decir que toda la película parece fuera de su tiempo, como si llegase una década tarde a los cines (véase spoiler 4). Los comentaristas que citan las similitudes con "Tras el corazón verde" (1984) y "La joya del Nilo" (1985) aciertan.
A pesar de todo ello, la cinta hizo dinero. Su presupuesto de entre $65-70 millones dio una taquilla mundial de casi $165 millones. No es que sea una rentabilidad enorme, pero salvó los trastos. Sospecho que este éxito se debió a la presencia de Ford, quien hasta entonces había tenido gancho. Después de esto, la gente ya se dio cuenta de que no era el mismo. Y lo del lesbianismo de Heche lo mismo tuvo su aquél (véase spoiler 5).
En resumen, décadas antes de que Hanne Heche se dedicara a estrellar su coche en casas ajenas, y cuando Ford aún no nos había avergonzado con la cuarta entrega del Dr. Jones, ambos nos quisieron vender esta comedia romántica previsible, ajena a su época, con poco humor y un romanticismo descuidado. Y encima David Schwimmer, entonces en la cresta de la ola de "Friends" pero ya queriendo saltar al cine, intentando dar empuje.
PD: De diez el comentario que cita la mala suerte de Ford con los aviones y se pregunta si algún día se estrellará con uno en la vida real. Eso es presciencia. o_O
"Seis días y siete noches" (1998) fue el punto de inflexión en la carrera estelar de Harrison Ford. Al menos, así lo defiendo yo. La cinta en donde Ford dejó de ser una gran estrella cuyos estrenos había que ver con la misma intensidad con que se promocionaban, para ser otro actor al que se le había acabado su buena época (véase spoiler 1). Desde entonces, o la taquilla no brilló igual, o la calidad de sus trabajos mermó horrores.
Porque "Seis días y siete noches" es una cinta con poca chicha. Muy poca. Recurriendo a la memoria, fue mucho más el bombazo publicitado que el producto resultante. Normal, ya que aquello de una historia de amor protagonizada por un Ford con aires de aventurero aún tenía pegada, y había que explotarlo (ains, Indiana). Sin embargo, lo que nos tragamos fue una historia de amor trillada e inverosímil. Una centrada en una isla olvidada, con dos sucedáneos de Robinson Crusoe, que acabó siendo un petardillo menor. Máxime cuando la poblaron con elementos que pendulaban entre lo inverosímil y lo anacrónico.
Y es que lo de crear tensión sexual entre un hombre de 56 años y una joven de 29, es algo para hacérselo mirar. Puede que a Hollywood le encante la idea de que hombres muy maduros se líen con jovencitas, en lo que es la versión refinada de un viejo verde, pero, amén de ser un hábito molesto, hay límites que es mejor no traspasar si no se quiere hacer el ridículo (véase spoiler 2). Vamos, que lo de Anne Heche y Ford no se lo tragaba nadie. Y menos con la rapidez que sucede todo.
Luego tenemos el asunto de los piratas. Una tontería que no aporta nada a la historia, salvo hacer correr a los protagonistas, amén de resultar anacrónica. Que sí, que en aguas de África aún había piratas en la primera década del nuevo milenio, pero eso no quita que aquí chirriasen. Y menos unos piratas subnormales (véase spoiler 3).
Quizás el origen de los problemas haya que buscarlo en quien orquestó este truñete, Ivan Reitman. Director sobrevalorado que, en el 98, aún pretendía emular las aventuras que habían funcionado en los ingenuos 80, pero que patinó al no entender el nuevo mundo en el que ya vivía. Uno con los primeros móviles e Internet, y con gente menos dispuesta a creerse estas chorradas aventureras. No exagero al decir que toda la película parece fuera de su tiempo, como si llegase una década tarde a los cines (véase spoiler 4). Los comentaristas que citan las similitudes con "Tras el corazón verde" (1984) y "La joya del Nilo" (1985) aciertan.
A pesar de todo ello, la cinta hizo dinero. Su presupuesto de entre $65-70 millones dio una taquilla mundial de casi $165 millones. No es que sea una rentabilidad enorme, pero salvó los trastos. Sospecho que este éxito se debió a la presencia de Ford, quien hasta entonces había tenido gancho. Después de esto, la gente ya se dio cuenta de que no era el mismo. Y lo del lesbianismo de Heche lo mismo tuvo su aquél (véase spoiler 5).
En resumen, décadas antes de que Hanne Heche se dedicara a estrellar su coche en casas ajenas, y cuando Ford aún no nos había avergonzado con la cuarta entrega del Dr. Jones, ambos nos quisieron vender esta comedia romántica previsible, ajena a su época, con poco humor y un romanticismo descuidado. Y encima David Schwimmer, entonces en la cresta de la ola de "Friends" pero ya queriendo saltar al cine, intentando dar empuje.
PD: De diez el comentario que cita la mala suerte de Ford con los aviones y se pregunta si algún día se estrellará con uno en la vida real. Eso es presciencia. o_O
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
1º) No se me olvida que aún tenía por delante "Caprichos del destino" (1999) y "Lo que la verdad esconde" (2000). Dos cintas que considero fuera de su etapa dorada.
2º) En mi entorno ha habido algún caso de este tipo y, amén de haber sido excepciones, siempre se ha tratado de relaciones en las que ella buscaba sacarle dinero. Todos sabíamos la única forma en que aquello podía terminar. ¿Veinteañera con cincuentón por amor? Claro, y un cojón de pato pequinés.
3º) Lo de los piratas es para correr a gorrazos al guionista. Los protagonistas se estrellan en una isla perdida con su avioneta y, de repente, aparecen unos piratas "contemporáneos", con un buque artillado, que quieren matarlos. ¿Por qué? Porque sí.
De hecho, estos filibusteros de medio pelo empiezan una persecución con la que no tienen nada que ganar. No obstante, eso no es óbice para que se líen a tiros con dos desconocidos sin nada de valor. Ello mientras nos deleitan con una demostración de mala puntería que, en última instancia, acaba muy mal. Como puede imaginarse, no pintan nada en la historia, de modo que, tal y como entran, salen de ella. Es un pegote tan chorra que no hay por dónde cogerlo.
4º) No creo que sea casual que, tras esta cinta, Reitman solo dirigiese tonterías repartidas en el tiempo. Creo que esta película confirmó que ya era un dinosaurio extinto. Otra cosa es que él se enterase.
5º) Cuenta IMDB y la Wikipedia que Anne anunció su relación lésbica con Ellen DeGeneres justo un día después de aceptar trabajar aquí. La productora Touchstone Pictures, en un ejercicio de hijoputez por el que sus directivos debieran estar fulminados, la despidieron por ello, con el argumento inversor de que ya no podían venderla como una buenorra que volviese a los hombres locos. Excusa difícil de creer, pues Heche nunca ha sido lo que se dice una mujer espectacular.
Dejando de lado cómo los argumentos inversores pueden usarse para justificar cualquier barrabasada, Touchstone dejaba claro para qué la habían contratado. Solo querían un florero que se la pusiera dura al personaje de Ford. Éste, sin embargo, se enfrentó a la decisión de la productora e hizo presión para que la volviesen a contratar. A pesar de ello, existe la creencia, no sé si cierta o no, de que Heche se arruinó toda su carrera al anunciar su lesbianismo (en realidad bisexualidad, porque Heche ya era omnívora por entonces).
Curioso, el lesbianismo o la bisexualidad no parecen ser un problema para la mayoría de los hombres cuando se trata de cine porno. Una jamona es una jamona, coma zanahoria o conejo. Pero sí lo era para los directivos de Touchstone Pictures.
2º) En mi entorno ha habido algún caso de este tipo y, amén de haber sido excepciones, siempre se ha tratado de relaciones en las que ella buscaba sacarle dinero. Todos sabíamos la única forma en que aquello podía terminar. ¿Veinteañera con cincuentón por amor? Claro, y un cojón de pato pequinés.
3º) Lo de los piratas es para correr a gorrazos al guionista. Los protagonistas se estrellan en una isla perdida con su avioneta y, de repente, aparecen unos piratas "contemporáneos", con un buque artillado, que quieren matarlos. ¿Por qué? Porque sí.
De hecho, estos filibusteros de medio pelo empiezan una persecución con la que no tienen nada que ganar. No obstante, eso no es óbice para que se líen a tiros con dos desconocidos sin nada de valor. Ello mientras nos deleitan con una demostración de mala puntería que, en última instancia, acaba muy mal. Como puede imaginarse, no pintan nada en la historia, de modo que, tal y como entran, salen de ella. Es un pegote tan chorra que no hay por dónde cogerlo.
4º) No creo que sea casual que, tras esta cinta, Reitman solo dirigiese tonterías repartidas en el tiempo. Creo que esta película confirmó que ya era un dinosaurio extinto. Otra cosa es que él se enterase.
5º) Cuenta IMDB y la Wikipedia que Anne anunció su relación lésbica con Ellen DeGeneres justo un día después de aceptar trabajar aquí. La productora Touchstone Pictures, en un ejercicio de hijoputez por el que sus directivos debieran estar fulminados, la despidieron por ello, con el argumento inversor de que ya no podían venderla como una buenorra que volviese a los hombres locos. Excusa difícil de creer, pues Heche nunca ha sido lo que se dice una mujer espectacular.
Dejando de lado cómo los argumentos inversores pueden usarse para justificar cualquier barrabasada, Touchstone dejaba claro para qué la habían contratado. Solo querían un florero que se la pusiera dura al personaje de Ford. Éste, sin embargo, se enfrentó a la decisión de la productora e hizo presión para que la volviesen a contratar. A pesar de ello, existe la creencia, no sé si cierta o no, de que Heche se arruinó toda su carrera al anunciar su lesbianismo (en realidad bisexualidad, porque Heche ya era omnívora por entonces).
Curioso, el lesbianismo o la bisexualidad no parecen ser un problema para la mayoría de los hombres cuando se trata de cine porno. Una jamona es una jamona, coma zanahoria o conejo. Pero sí lo era para los directivos de Touchstone Pictures.