Nunca entendí las buenas opiniones de esta película, ni ahora, ni en el momento de su estreno. La que podría haber sido una mezcla inquietante de "Robocop" y cine zombie, terminó en forma de película de acción del montón con tipos equipados con visores especiales. El resto es plomo a mansalva y mucha leche merengada marcial.

A pesar de ello, "Soldado universal" no es una mala película, aunque insistiré hasta el aburrimiento en su vacuidad más allá de las apariencias. Van Damme se hizo acompañar de Dolph Lundgren, otro de los habituales del subgénero de acción cutre, para sacar adelante una cinta cuyas promesas de ciencia ficción se ven veladas por la inevitable deriva hacia la acción; regla de oro en el cine del belga quien, haga lo que haga, tiene que terminar repartiendo hostias como aspas de molino.

Como curiosidad, la cinta fue la primera de una lista de secuelas que han degenerado hasta el surrealismo, tanto en formato cine como serial. El propio Lundgren ha entrado y salido de ella sin orden ni concierto. Van Damme, como no podía ser de otra manera, ha trabajado en todos los largometrajes. Si la extienden un poco más, lo mismo hasta terminan creando un subgénero propio.

En cuanto a la película en sí misma, no hay nada destacable que aportar. Van Damme hace de Van Damme, Lundgren hace de cacho carne con ojos, hay una tía buena de por medio y la testosterona impregna hasta el micrófono del técnico de sonido.

Si lo que alguien busca es una combinación hombre - máquina, hay trabajos muy superiores.