Vigalondo consigue con su debút en el largometraje y con un tema tan manido como los viajes en el tiempo un interesante thriller que tiene la virtud de hacer sentir inteligente al espectador, gracias a una trama en apariencia sencilla con una paulatina resolución que encaja como si se tratara de un puzzle.

Cuatro intérpretes y una duración muy ajustada son suficientes para contar la historia de Héctor (Karra Elejalde) y de cómo termina viajando en el tiempo tratando de escapar de un supuesto asesino. Es mejor no conocer más de la trama teniendo en cuenta que gran parte del encanto de la película reside en su guión. Las interpretaciones son correctas, destacando la del propio Elejalde (a pesar de que en un par de ocasiones casi cueste entenderle) y de Bárbara Goenaga, en contraposición a lo forzada que resulta la de Vigalondo. Afortunadamente es mejor director y guionista que actor y crea un clima asfixiante y una trama lo suficientemente interesante como para conseguir que tras su visionado sigas pensando en ella.