Es curioso cómo en estos últimos años se han filmado más falsos documentales que tras el estreno de la muy exitosa (y rentabilísima) El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project). Reconozco que no es un tipo de cine que me suela gustar, aunque trabajos como Rec o el que nos ocupa sí que han conseguido interesarme y, lo que es más importante, mantenerme en tensión.

En este caso la cámara sigue las andanzas de un predicador descreído, Cotton Marcus (Patrick Fabian), que ha realizado varios falsos exorcismos. El caso de una tímida joven llamada Nell (Ashely Bell) hará que nuestros protagonistas se replanteen muchas cosas y experimenten el verdadero horror…

Aunque a la película le cuesta arrancar (Stamm se toma su tiempo para presentarnos a los personajes e introducirnos en la historia), lo cierto es que cuando lo hace no hay quien despegue los ojos de la pantalla o deje de retorcerse en el asiento. Además, las interpretaciones resultan francamente convincentes. En definitiva, estamos ante una producción de terror eficaz y mucho más lograda que otras que usan ingredientes similares.