Bajo la piel es el desafortunado debut en la dirección de la actriz Jada Pinkett Smith, un melodrama que trata temas como el suicidio, la violencia o la dependencia de la manera más fría e impersonal posible, restando así todo atisbo de vida a tan irregular largometraje.

Jason Clarke es el protagonista y da vida a Julian, un altivo y exitoso ejecutivo cuya vida personal es un desastre, se está divorciando, la relación con su madre (Joanna Cassidy) es cada vez más insostenible y su amago de romance con Michael (Paz Vega) no parece darle la estabilidad que su entorno espera.

El gran problema de la película es que aunque toca temas que pueden dar mucho juego ni los plantea ni los desarrolla correctamente. Tampoco ayudan unos actores despistadísimos (lo cierto es que tal y como están escritos sus personajes poco pueden hacer) o unos diálogos rimbombantes pero huecos. La ópera prima de Pinkett Smith es ambiciosa pero del todo fallida.