Media votos
5,2
Votos
996
Críticas
996
Listas
4
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de ddarko_1980:
6
5,3
18.273
Romance. Comedia
Ambientada en Baltimore. Historias cruzadas sobre el amor y el comportamiento humano: una mujer se siente confusa en una sociedad más obsesionada por la tecnología que por el contacto humano, otra mujer se ve atrapada en un rutinario matrimonio, un hombre intenta conquistar a una mujer que tiene un amante, una joven vive obsesionada intentando propiciar encuentros accidentales con el hombre de sus sueños. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gigi (Ginnifer Goodwin) tiene una cita con Conor (Kevin Connolly), ella cree que puede ser el inicio de algo, pero él sigue obsesionado con Anna (Scarlett Johansson), aspirante a cantante que conoce por casualidad a Ben (Bradley Cooper), quién está casado con Janine (Jennifer Connelly), compañera de trabajo de Gigi y de Beth (Jennifer Aniston). Beth lleva siete años de relación con Neil (Ben Affleck), alérgico al matrimonio para desesperación de ella, mientras que Mary (Drew Barrymore) no tiene suerte con los hombres y Alex (Justin Long) es un cínico que mira de reojo las relaciones sentimentales.
Debo confesar que siento una predilección especial por las historias corales de vidas entrelazas, no importa si son dramas realistas con la firma de Robert Altman, disparates juveniles al estilo Gregg Araki o los duelos lingüisticos realizados por Quentin Tarantino, me gustan más o menos pero me siento atraído de forma irremediable, y Qué les pasa a los hombres (que por cierto no tiene nada que ver con las películas dirigidas por los anteriormente nombrados ni de lejos) no es una excepción.
Lo primero que llama la atención de la película es su espectacular reparto, y de hecho es lo más interesante, casi se podría decir que resulta demasiado bueno para la manida (y en ocasiones cursi) historia de amores y desamores que nos cuentan. Tampoco ayuda mucho su televisiva puesta en escena (en ocasión parece que estamos viendo el episodio de alguna serie de la tele) y de esos interludios con gente hablando directamente a cámara sobre su vida privada y que resultan totalmente prescindibles. Si bien es cierto que (a pesar de ello) la historia se desenvuelve con soltura y que en ningún momento se hace aburrida a pesar de sus dos horas de duración, en parte gracias a que consiguen mantener un interés similar por cada personaje y es fácil identificarse con alguno de ellos.
Debo confesar que siento una predilección especial por las historias corales de vidas entrelazas, no importa si son dramas realistas con la firma de Robert Altman, disparates juveniles al estilo Gregg Araki o los duelos lingüisticos realizados por Quentin Tarantino, me gustan más o menos pero me siento atraído de forma irremediable, y Qué les pasa a los hombres (que por cierto no tiene nada que ver con las películas dirigidas por los anteriormente nombrados ni de lejos) no es una excepción.
Lo primero que llama la atención de la película es su espectacular reparto, y de hecho es lo más interesante, casi se podría decir que resulta demasiado bueno para la manida (y en ocasiones cursi) historia de amores y desamores que nos cuentan. Tampoco ayuda mucho su televisiva puesta en escena (en ocasión parece que estamos viendo el episodio de alguna serie de la tele) y de esos interludios con gente hablando directamente a cámara sobre su vida privada y que resultan totalmente prescindibles. Si bien es cierto que (a pesar de ello) la historia se desenvuelve con soltura y que en ningún momento se hace aburrida a pesar de sus dos horas de duración, en parte gracias a que consiguen mantener un interés similar por cada personaje y es fácil identificarse con alguno de ellos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Uno de los puntos flacos es su previsible trama, por ejemplo el compromiso de Beth y Neil, la ruptura de Janine y Ben o el devenir de Gigi y Alex, afortunadamente el buen hacer del reparto salva la función.