De Canadá no sólo han surgido talentos tan indiscutibles como David Cronenberg, sino también trabajos tan interesantes como el que nos ocupa. Un drama en el que contemplamos la terrible vida de Nawal Marwan (Lubna Azabal), una mujer que tras quedarse embarazada y ser desterrada del hogar familiar inicia un duro peregrinaje. Peregrinaje que vamos conociendo al mismo tiempo que sus dos hijos gemelos, Jeanne (Mélissa Désormeaux-Poulin) y Simon (Maxim Gaudette), reciben un muy peculiar y doloroso encargo en forma de testamento: encontrar a su padre y a un hermano que ni sabían que existía.

Una historia tan interesante que consigue que no despeguemos la vista de la pantalla, buenas interpretaciones y un ritmo que nunca cesa (aunque la cinta dura más de dos horas nunca decae la acción) son los grandes avales de este trabajo reconocido con distintos y merecidísimos premios (incluida una nominación al Oscar en el apartado de mejor película extranjera). Una cinta que no deja indiferente (los temas que toca resultan un tanto espinosos) y con un desenlace que hiela la sangre. Incendies es dura y poco complaciente, pero también muy recomendable.