John Hughes tenía un don especial para crear personajes juveniles y alejarlos de los estereotipos del cine para adolescentes más convencional. Buena muestra serían los protagonistas de El club de los cinco (The Breakfast Club), de La chica de rosa (Pretty in Pink) o de la película que nos ocupa.

El argumento se centra en el triángulo amoroso formado por Watts (Mary Stuart Masterson), una joven de fuerte carácter, su amigo Keith (Eric Stoltz), uno de los parias del instituto y Amanda (Lea Thompson), la más popular y además novia del repelente Hardy (Craig Sheffer). Y aunque parezcan los típicos personajes, Hughes les da su toque personal y los hace no sólo más accesibles (e identificables para el espectador), sino que los dota de un encanto especial. Cosa a la que ayudan los actores, los cuales están más que correctos. Es cierto que quizás se necesitase a alguien más carismático que Stoltz para dar vida al antihéroe de la función, pero el actor realiza un buen trabajo, al fin y al cabo. Y bueno, ahí está Mary Stuart Masterson para encandilar al público con su personaje, sin lugar a dudas el mejor de la película y el que más simpatías despierta.

Sin embargo el apartado técnico no puede ser más convencional y su dirección más anodina, bueno, más que anodina convendría decir sencilla o simple. Del mismo modo que obvio es su devenir (no podría ser de otra forma). Pero ello no enturbia que estemos ante una película para adolescentes por encima de la media y ciertamente entretenida.