Para alguien que no esté familiarizado con la filmografía de Araki lo primero que le llamará la atención al visualizar Nowhere serán los chillones colores de su magnífica fotografía y la extraordinaria y recargada dirección artística de la que hace gala la película. El cuarto de baño de Mel (Rachel True) con esos lunares imposibles a juego con su vestido o la habitación de Bart (Jeremy Jackson) con esas paredes llenas de frases son puro delirio pop, igual que su banda sonora, compuesta por fantásticas canciones de The The o Suede.

Nowhere es la tercera película de una trilogía iniciada con Totally Fucked Up y Maldita generación (The Doom Generation) y nos cuenta un día en la vida de Dark (James Duval) y su relación con Mel (Rachel True), quien también sale con Lucifer (Kathleen Robertson), mientras este comienza a sentir una atracción hacia el introvertido Montgomery (Nathan Bexton). La cinta nos presenta a un nutrido grupo de jóvenes a cual más esperpéntico y nos habla de sus problemas y vidas amorosas mientras se preparan para acudir a una gran fiesta. A destacar los encuentros sexuales con dos dominatrix, y el consiguiente desgarramiento de piercing, la pelea con una lata de tomate que acaba reventando o a Traci Lords, Shannen Doherty y Rose McGowan recitando unos trepidantes diálogos basados en una novela de Bret Easton Ellis antes de ser desintegradas por un alien. Los actores escupen diálogos sin sentido mezclados con insultos o regurgitaciones varias en unas actuaciones que se dividen entre lo grotesco y lo paródico. Todo ello no es disfrutable si se toma demasiado en serio.

Impresionante la cantidad de actores conocidos que participan, desde los ya nombrados Ryan Phillippe y Heather Graham a Scott Caan, Debi Mazar, Chiara Mastroianni, una primeriza Mena Suvari o una irreconocible Christina Applegate muy alejada de su habitual rol de chica sexy. También es sorprendente la cantidad de cameos, entre ellos John Ritter, Beverly D'Angelo, Denise Richards, Traci Lords, Shannen Doherty, Rose McGowan...