Jamal (Dev Patel) está a una pregunta de llevarse el mayor premio del popular concurso televisivo ¿Quién quiere ser millonario?, pero la policía le interroga (con métodos poco ortodoxos) ante la sospecha de que esté haciendo trampas, desconfían que un chico pobre y casi analfabeto pueda realizar semejante hazaña. Así Jamal irá desgranando partes de su vida esenciales y que le hicieron conocer las respuestas del susodicho concurso.

Optimista película (a pesar de lo crudo de su argumento) que firma con brillantez, eficacia y mucho ritmo Danny Boyle, el cual queda resaltado por el frenético montaje. Asimismo también cabría destacar su estupenda banda sonora (atención a las canciones de M.I.A.) y su colorista y preciosista fotografía, esta última especialmente cuando la película nos cuenta la infancia del protagonista.

Por contra se podría achacar a su guión de tener varias lagunas argumentales y también de jugar en demasía con las coincidencias (por ejemplo cuando Jamal se encuentra con un ex compañero que le indica el paradero de su amada) así como achacar en sus intérpretes una evidente falta de tablas, pero consiguen suplirla con altas dosis de frescura y realismo, lo cual termina beneficiando el resultado final. Así pues nos encontramos con un relato trágico pero optimista, triste pero colorista y vitalista, y eso es lo que perdura tras su visionado y lo que la hace tan especial y agradable.