A medio camino entre el gore y la comedia negra, May, dirigida por Lucky McKee, es una interesante propuesta tan novedosa como diferente. Angela Bettis da vida a la chica del título, quien tiene problemas más que evidentes para relacionarse con los demás. Pero ello no será impedimento para que sienta una fuerte atracción hacia Adam (Jeremy Sisto), bueno, en realidad se obsesiona con sus… manos. Ése será el principio del fin, ya que dicha obsesión será el inicio de una desquiciante búsqueda, por parte de nuestra protagonista, del amigo perfecto.

Una de las principales bazas de esta peculiar producción la encontramos en su estrambótico y arriesgado (por lo cruel y retorcido) guión, así como en la genial interpretación de Bettis (excelente dando vida a un personaje tan complicado y trastornado). También convendría destacar otros apartados, como por ejemplo su banda sonora (uno de los muchos homenajes que la cinta rinde al cineasta Dario Argento). Puede que May no sea una película para todos los públicos (su poco tacto e incorrección política pueden herir alguna sensibilidad), pero sí es una agradable rareza dentro de un género tan anquilosado. Se podría decir que estamos ante una vuelta de tuerca, no apta para mentes sensibles, a la clásica historia de Frankenstein.