Tras el éxito de Borat, Sacha Baron Cohen recurre a Bruno, otro de sus populares personajes pare realizar otro (¿falso?) documental con el que reírse del personal. Así Cohen interpreta a Bruno, gay y adicto a la moda que ansía ser famoso, no actor o cantante, simplemente famoso, y para ello no le importa apuntarse a la "moda" de rodar un vídeo pornográfico o ser padre adoptivo de un niño negro... lo que sea con tal de estar en el candelero.

Rodada de manera documental y sin un guión definido, la película sigue a Bruno en su particular peregrinaje en busca de la fama, así veremos al protagonista escandalizando con su supuesta adopción en un programa de televisión, encandilando a un anciano político conservador para acostarse con él o colándose en el desfile de Agatha Ruiz de la Prada. Sorprende la cantidad de desnudos que pueblan la película, pero lo realmente divertido de Bruno es el descaro de Cohen y sobre todo comprobar las reacciones de los objetivos de sus bromas. Eso sí que es pura comedia.