Hay varias razones por las que dar una oportunidad a esta película:

- La principal, tal vez sea el interés del propio espectador en el camino de Santiago. Como la película refleja, muchos peregrinos lo realizan por motivos religiosos o espirituales, pero otros lo recorren por razones de salud, otros quienen viajar, otros quieren orientarse a tomar una importante decisión... En el caso de Tom Avery (Martin Sheen) el motivo está difuso. Su único hijo (Emilio Estévez) murió recientemente al comienzo de ese mismo viaje, y Tom sólo sabe que desea completar todo el recorrido en el nombre de su propio hijo. Los motivos de los compañeros de viaje que va encontrando y conociendo en el trayecto son totalmente distintos. En definitiva: hay tantos motivos para hacer el camino de Santiago como peregrinos recorriéndolo.

- Asimismo, la película puede gustar a quienes quieran simplemente echar un vistazo a los rincones naturales del norte de España; y en menor medida, a los que busquen el reflejo de los tópicos sobre la piel de toro en las historias contadas por foráneos. Se hacen apuntes en esta historia de los albergues, de la facilidad de los españoles para charlar animadamente y discutir, de los gitanos españoles, de la afición a los toros y de otros elementos ibéricos distintivos; pero no nos llamemos a engaño: la película habla de sentimientos personales, no de costumbres autóctonas.

- Otro importante incentivo para ver "The way" está en el heterogéneo elenco de actores. Encabeza Martin Sheen ("Apocalypse Now"), realiza fugaces apariciones Emilio Estévez (hijo de Martin Sheen en el film y en la vida real) a la par que dirige la peli, destacan también Deborah Kara Unger ("Payback", "The game") y James Nesbitt (visto en series como "Lost" y "Prison Break"), y se agradece la participación de los veteranos españoles Angela Molina y Simón Andreu, sin olvidar a Eusebio Lázaro, el profesor de "Cuéntame", que realiza aquí un breve pero mucho más convincente papel que el de dicha serie.

- Además, "The way" es una película recomendable porque tiene una llamativa fotografía paisajística y porque aún excediendo de metraje, resulta bastante entretenida.