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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
7
Intriga. Romance. Thriller. Drama Virgil Oldman (Geoffrey Rush), un hombre solitario y excéntrico, es un experto en arte y un agente de subastas muy apreciado. Su vida transcurre al margen de cualquier sentimiento o emoción hasta que conoce a una hermosa y misteriosa joven (Sylvia Hoeks) que le encarga tasar y vender las obras de arte heredadas de sus padres. Esta joven, que sufre una extraña enfermedad psicológica que la mantiene aislada del mundo, transformará para ... [+]
27 de noviembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director de la inmortal “Cinema Paradiso” (1988) nos vuelve a sorprender con una historia de envidiable formato y puesta en escena, pero de planteamiento convencional.

Tornatore nos cuenta la historia de dos personas desarrapadas y extremadamente hipocondríacas que ven el mundo exterior como algo enfermizo y peligroso para su salud y estatus mental. Virgil (extraordinario Geoffrey Rush) es un subastador y experto en obras de arte cuya excentricidad maniática le hace ser también un estafador eficiente. Su viejo amigo Billy (Donald Sutherland), un pintor de escaso éxito, ayuda a Virgil en sus trapicheos adquiriendo para él las obras que éste desea, para aumentar una impresionante colección de cuadros con figuras femeninas. La vida de Virgil es tan metódica y limitada que no conoce nada aparte de su febril mundo de misteriosas mujeres en óleo, las únicas con las que se atreve quitarse los guantes y acariciar con las manos desnudas.

Pero la vida de Virgil cambiará radicalmente cuando acepta tasar los bienes de Claire Ibbetson (Sylvia Hoeks), una adinerada muchacha que padece de agorafobia aguda. Claire se encierra en su cuarto y sólo se comunica con Virgil por teléfono, con lo que su relación profesional resulta tan misteriosa e interesante, que Virgil reaccionará ante ese misterio como lo hace con sus idealizados cuadros femeninos e intentará ir más allá del mero contrato profesional.

La primera parte de la película es sublime. Tornatore maneja los personajes y la intrigante e impredecible historia de la muchacha invisible con mano maestra, haciendo partícipe al espectador de la misma inquietud de Virgil por conocerla. El ritmo semipausado de la trama permite que cale honda una sensación de irrealidad casi lírica y un sentimiento creciente de lástima por la pobre chica que vive encerrada tras un tabique ajardinado.

En la segunda parte, ese misterio se diluye y se soluciona lo que parecía ser el “leit motiv” del filme. Aparece Claire para aplacar la curiosidad tanto de Virgil como del espectador, y Tornatore opta por el cambio de planteamiento: lo que parecía ser una intriga hitchcockiana se transforma en un thriller de desarrollo convencional, aunque aún se mantiene la riqueza de la puesta en escena y la indudable habilidad de Tornatore como artesano del cine. Sigue habiendo magia, pero mucho más diluida y más notoria en algunos momentos que en otros.

En actuaciones, podemos destacar a un veterano Geoffrey Rush dando todo lo mejor, que es mucho. Su papel lo solventa de forma sencilla y a la vez magistral, pasando de la ilusión al fracaso, y de la locura a la soledad. Por otro lado, la joven Sylvia Hoeks es todo un descubrimiento de fuerza y belleza holandesa, con algunos premios ya en su todavía corta pero prometedora carrera. Y por fin tenemos a Donald Sutherland, siempre especialista en papeles malvados, que cubre sin matices las necesidades del guion.

“La mejor oferta” es, pues, una buena oferta a la hora de elegir una película con una buena intriga y algo más. Es admirable ver cómo Tornatore, a pesar de haber bajado un tanto la guardia, aún mantiene fresco ese amor por el cine y sigue regalando al espectador historias y escenas muy especiales, admirables y emocionantes. No hay más que quedarse hipnotizado con la escena final para sentir la esencia más pura de su buen hacer cinematográfico.
Richy
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