Siempre hay películas que se quedan grabadas a fuego en el alma. No suelen ser obras maestras pero lo son en la conciencia subjetiva de cada individuo. "Encuentros..." siempre ha sido, y probablemente lo seguirá siendo, la película que más veces he visto y la que más veces volveré a ver durante la vida. Y es que, al igual que Roy con su obsesión enfermiza por descubrir la verdad, mi obsesión es ver una y otra vez las más de dos horas de metraje que Spielberg plasmó con tanta maestría en el celuloide.

El filme es un compendio de conocimientos sobre el fenómeno OVNI, tan en boga por aquellos años. Intenta dar una visión realista de los investigadores, del trabajo de campo, de los supuestos "contactados" e, incluso, de la conspiración y el encubrimiento que se supone realizan los gobiernos. Toma datos recopilados por miles de testigos en todo el mundo para plasmar en pantalla la tipología de los diferentes OVNIS e, incluso, de los humanoides (gran trabajo de Carlo Rambaldi, quien 5 años más tarde volvería con Spielberg para dar vida al archiconocido E.T.).

La sensación de realismo del filme es palpable: incluso los controladores aéreos que aparecen son reales. Además, el investigador del fenómeno Allen Hynek tiene un breve cameo, y el personaje que encarna François Truffaut (homenaje de Spielberg al cine europeo) se basa en las peripecias de otro famoso investigador: Jacques Vallée. Esto ayuda mucho a impregnar la cinta de un ambiente de tensión y secretismo que son dignos de un maestro del suspense: desde las primeras escenas, con los aviones reaparecidos y los extraños ecos en los radares, hasta la base ultrasecreta, pasando por escenas memorables como la comunión íntima de Roy Neary (un gran Richard Dreyfuss) con sus obsesiones en el salón de su casa.

El maestro John Williams despliega una partitura variadísima y acorde con cada momento, llenando de notas emocionantes los momentos de acción, y de notas emotivas y mágicas los momentos más fantásticos. Es otro de los elementos que hacen de esta película una experiencia cinematográfica sin parangón y hasta ahora inigualable.

Spielberg nos ha vuelto a abducir hacia su mundo de sueños.