Bryan Singer es uno de los exponentes más interesantes del moderno blockbuster, como atestigua su trilogía de “X-Men” y algún que otro título más serio como “Sospechosos habituales” (1995) o “Valkiria” (2008). Con el filme que nos ocupa, ha vuelto al espíritu más comercial adaptando un viejo cuento infantil según los cánones taquilleros, esto es, elaborados efectos especiales en 3D y personajes fantásticos para todos los públicos.

El cuento de Jack y las habichuelas mágicas de Andersen se transforma en una especie de aventura con reminiscencias de fantasías épicas al estilo de “El señor de los anillos”, con batallas legendarias y criaturas horripilantes. En este sentido, Singer acierta a la hora de dotar a un relato ya conocido con una nueva perspectiva que, además, lo convierte en una ida de olla más interesante de lo que aparenta. Así pues, vemos a un héroe (Nicholas Hoult) que, ayudado por Ewan McGregor, lucha para rescatar a una princesa (Eleanor Tomlinson) que ha sido secuestrada por unos gigantes que llevan siglos viviendo en los cielos. Por tanto, cuento de hadas al uso al servicio de una elaborada y espectacular imaginería CGI.

El filme va de menos a más, siendo el último tramo el más interesante y logrado, lejos de la aparente profundidad que Singer da a unos personajes tan superficiales que cualquier intento por dotarles de personalidad carece de sentido. En “Jack, el matagigantes” hay que buscar el entretenimiento, pues cualquier otro prejuicio sobre la cinta está de más y resulta engañoso para el espectador. En este sentido, cumple con creces y, en mi caso, incluso sorprende, pues viendo su desarrollo hiperconvencional uno da ya todo el pescado por vendido, pero consiguió engancharme en el último momento gracias a la debilidad por las batallas con aire legendario que tiene un servidor.

Visto lo visto, Bryan Singer realiza un trabajo tan perfecto en su corrección estética y narrativa que resulta adecuado casi para cualquier tipo de público, con momentos interesantes según sea la edad con la que se vea, pero con un gran sentido del entretenimiento como funcionalidad principal.