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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
5
Ciencia ficción Una visita al futuro donde el amor es el máximo crimen. THX 1138, LUH 3417, y SEN 5241 intentan escapar de una sociedad futurista localizada debajo de la superficie de la tierra, y donde se ha prohibido el sexo, usando drogas que controlan a la gente. (FILMAFFINITY)
15 de septiembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El debut cinematográfico de ese monstruo del celuloide comercial como es George Lucas pasó por esta peliculilla de ciencia-ficción con grandes pretensiones y pobres resultados.

Antes de crear la Fuerza, el Imperio y los Jedi, Lucas creó a THX-1138 (Robert Duvall), un hombre que, como todos los del futuro, vive en una ciudad bajo el suelo de la superficie terrestre. En esta distopía futurista, nadie tiene un nombre y todos se reconocen por un código alfanumérico. Está prohibido cualquier tipo de emoción y sentimiento, incluido el sexo, y para inhibir esas características tan humanas a la población se le suministra dosis controladas de drogas. Pero nuestro amigo THX-1138 toma una dosis menor por accidente y empiezan a surgir en él sensaciones nunca antes experimentadas y, junto con otras dos personas (Donald Pleasance y Maggie McOmie9), intentará escapar de los implacables agentes del orden, unos robots a lo Daft Punk.

Planteamiento que recuerda muchas distopías más conocidas, como la de “1984” de George Orwell, pero con un desarrollo mucho más aburrido y poco eficaz. La originalidad que sin duda aporta Lucas en el aspecto de imaginería futurista, con ese blanco impoluto y neutral que domina en las ropas y en toda la escenografía, unido a unos efectos especiales realmente apabullantes para la época, no salvan a “THX-1138” de ser una película lenta, sosa e incapaz de despertar el interés de un espectador que no puede evitar contener un bostezo cada vez más continuado. La primera mitad de la cinta es de un ritmo tedioso que hace que la segunda parte, la de la espectacular persecución, resulte incluso fuera de lugar por romper tan drásticamente con el tempo que impregnaba la cinta hasta entonces.

El convertir la historia que George Lucas escribió para su corto de 1967 en una producción con más presupuesto, con actores conocidos y buenos efectos especiales, no hizo sino demostrar que el futuro creador de “La guerra de las galaxias” tenía aún mucho que aprender a la hora de dirigir una película. No es precisamente el mejor director del mundo, pero lo que sí ha demostrado siempre es tener uno de los mayores olfatos para el merchandising de toda la Galaxia.

Muy raspado.
Richy
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