Segunda entrega de la trilogía de Sam Raimi sobre el trepamuros más famoso del mundo mundial. Esta vez, cuenta con más presupuesto que la primera, invertido sobre todo en más efectos especiales y, por increíble que parezca en una secuela palomitera, con mejor argumento.

En "Spiderman 2" se desarrollan mucho más los personajes y sus relaciones entre ellos. Peter Parker sigue siendo un "nerd" torpe y mojigato, pero ya lleva el peso de la responsabilidad del que dependen él y los que le rodean. Su moneda tiene una cara donde es esclavo de sus poderes y de su sentido del deber, y otra cara donde tiene duras elecciones morales debido a su condición de justiciero enmascarado y los enemigos que ello conlleva. Spider-man en ese sentido empieza a apoderarse de la vida de Peter Parker en la medida en que éste tiene amigos que, siendo trepamuros, son todo lo contrario.

Las relaciones de Peter Parker con tía May y con Mary Jane se vuelven más profundas debido a revelaciones que marcarán su futuro, soltadas como un pesado lastre que pesaba sobre su conciencia. Pero Spidey no es como los otros super-héroes de Marvel, a los que todo les sale bien; Spidey no sólo tiene que enfrentarse a supervillanos sino que también tiene problemas de verdad, de los que muchos jóvenes se sienten indentificados, y por ello la cinta no es sólo un mero espectáculo de efectos especiales sino que se sustenta en un guión más sólido de lo normal en el cine de blockbuster.

El supervillano al que esta vez tiene que enfrentarse Spidey es el Doctor Octopus, bien interpretado por Alfred Molina, y mucho más complejo e interesante que el Duende Verde. Muchos "spider-fans" han criticado que el "Doc Oc" de los cómics no está bien reflejado en el filme, tachándolo de demasiado humano y carente de la profunda maldad que destila en las viñetas. De una forma o de otra, ver a Otto Octavius con sus sofisticados tentáculos moviéndose y retorciéndose no deja de ser un gozo que nos regala los muy buenos efectos especiales.

Danny Elfman pone la guinda con su espectacular partitura, donde se nota su experiencia en bandas sonoras de super-héroes (Batman, Darkman, Hulk) y en el cine fantástico en general. Su inconfundible melodía da el tono épico perfecto a una película entretenida, visualmente potente y por encima de la media palomitera.

Para fans de todas las edades.