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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
6
Fantástico. Terror Narra la particular vendetta que Hyakkimaru mantiene con los 48 demonios que se repartieron buena parte de su cuerpo, tras el pacto satánico que firmó su propio padre. En su epopeya contará con la ayuda de Dororo, una ladronzuela que también guarda una cuenta pendiente... (FILMAFFINITY)
20 de enero de 2011
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Dentro de las muchas adaptaciones de mangas a la gran pantalla con personajes de carne y hueso, no suele predominar mucho la calidad y nos encontramos en la mayoría de los casos con cintas vacías, faltas de contenido, ridículas y poco interesantes, siempre muy por debajo del manga en el que se basan. "Dororo" no es precisamente la excepción, aunque tiene ciertos elementos que podrían salvarse antes de desechar la película entera.

Dororo es la historia de una venganza. Kagemitsu (Kiichi Nakai) hace un pacto con 48 demonios para acabar con la guerra en un pasado muy parecido al Japón feudal, y para ello no dudará en pagar ese pacto con su hijo que está a punto de nacer. Cada demonio se llevará una parte de su cuerpo, y así el niño nacerá sin ojos, sin brazos, sin piernas, prácticamente sin nada. Ese niño sobrevivirá gracias a un chamán (Yoshio Harada) que, como un doctor Frankenstein medieval, restaurará paulatinamente su cuerpo con cientos de prótesis. De esa forma, Hyakkimaru (Satoshi Tsumabuki) crecerá y buscará a los 48 demonios para matarlos y así recuperar su cuerpo. Para ello se valdrá de una afilada katana que el chamán le injertó en uno de sus brazos.

Visualmente, el filme es poderoso e impactante, con un formato técnico perfecto y una imagen con filtros color sepia que dan a la atmósfera ese tono polvoriento propio de un western. Pero curiosamente, la película va decayendo sorprendentemente en cuanto a técnica, sobre todo en los efectos especiales. Hay mucha diferencia entre el primero de los demonios y los que van apareciendo a lo largo del metraje, al igual que en el resto de efectos visuales.

Mezcla descaradamente ideas de otras películas famosas como el Doctor Frankenstein, Eduardo Manostijeras, Pinocho, o incluso Hyakkimaru recuerda a veces a Luke Skywalker. Su desarrollo, propio del manga, no compite con esos parecidos pero deja una sensación de pérdida de originalidad, como si Akihiko no supiera enriquecer la cinta con ideas de su propia cosecha.

Mención negativa también para la banda sonora, con ritmos latinos que intentan conferir un aire de spaguetti-western en momentos que ciertamente sobran.

Con esto y con todo, no estamos ante una película mediocre. Fue todo un éxito en Japón y ganó un premio en el Festival de Sitges en 2007. Dororo es una correcta "live action" pero decepciona saber que se podría haber aprovechado muchísimo más (y mejor).
Richy
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