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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
7
Thriller. Acción Basado en una historia real. Martin McGartland (Sturgess) es un pequeño delincuente del Belfast de finales de los años 80 despreocupado por el trasfondo político de la lucha entre católicos y protestantes. La principal preocupación de McGartland es sobrevivir y hacer su vida más fácil a través de los constantes controles policiales. Sus circunstancias le hacen fácil objetivo para que un agente de los servicios de inteligencia (Ben ... [+]
3 de marzo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El conflicto en Irlanda del Norte ha dado muchos títulos para el cine, desde simples entretenimientos hasta peliculones como “En el nombre del padre” (1993). Este filme de Kari Skogland se podría clasificar a mitad de camino.

Se basa en la historia real de Martin McGartland (Jim Sturgess), un delincuente de poca monta que es captado por los servicios de inteligencia británicos para infiltrarse en una célula de activistas del IRA. Para ello, tendrá que enrolarse en la organización terrorista y poder informar de primera mano a su contacto británico (Ben Kingsley). La historia que nos cuenta el filme se enmarca en un contexto histórico muy definido, una Belfast semiocupada por las tropas británicas durante la década de los ochenta, aunque el guion sólo se centra en las circunstancias políticas en los primeros minutos para dejar claro el escenario donde se van a relatar los hechos.

Básicamente, estamos ante un thriller a lo “infiltrados” con un desarrollo interesante, una puesta en escena acertada y un ritmo que mantiene la intriga en todo momento. Skogland revela el destino de Martin en los primeros minutos de la cinta, haciendo que el espectador sea partícipe del final que tendrán las consecuencias de sus actos. De esa forma, se va viendo cómo evoluciona ese peligroso doble juego al que se somete y se incrementa el dramatismo incluyendo el personaje interpretado por Natalie Press. Es destacable además la relación con el agente secreto británico, interpretado magistralmente por Ben Kingsley. Ambos se complementan y se necesitan, llegando a establecer entre ellos unos lazos más profundos que los del mero contrato profesional. Todas estas características enriquecen el filme enormemente, dotándolo de personalidad y elevándolo por encima de una cinta de acción convencional.

La fotografía también juega un buen papel, con unos escenarios urbanos decididamente “british” y claroscuros en interiores que dan relevancia a las conversaciones clandestinas, en contraste con unas bonitas estampas de Portsmouth.

“50 hombres muertos” ha sido un buen descubrimiento. A pesar de lo superficial que puede llegar a ser el guion y lo predecible del resultado, su calidad radica en su puesta en escena y en mantener el interés de la historia en todo momento. Recomendable.
Richy
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