Entretenida producción comercial de superhéroes con tinte paródico y humor freak.

Michel Gondry, director con cierto renombre y con grandes títulos a sus espaldas (entre ellos la inolvidable y original “¡Olvídate de mí!”, 2004), se atreve a dar su visión personal del a figura del superhéroe en una película que no ha obtenido suficiente reconocimiento, pero que no por ello deja de tener un interés especial, centrado en la idea y el tono con el que está dirigida.

En “The Green Hornet”, Gondry coge la figura del superhéroe atormentado y la distorsiona para hacer del personaje principal todo lo contrario a lo que está acostumbrado cualquier lector de comic-books. Usa el ideal de justicia clásica de cualquier héroe mallado de Marvel o DC, y se lo carga dándole un sentido totalmente distinto: el avispón no nace inicialmente para hacer el bien, tan sólo quiere notoriedad y que la gente hable de él para después dejar una marca más profunda cuando se tenga que enfrentar contra el mal. El alter-ego del avispón ,además, es una especie de Bruce Wayne venido a menos: vago, fiestero, maniático… es decir, un niño de papá que se queda sin su papá y que, para más inri, critica incluso después de muerto.

El planteamiento cómico del filme es el mayor acierto de Gondry, pues el humor que despide la película y que está presente incluso en los momentos de más acción, es lo que la hace distinguirse de otras películas de superhéroes que intentan ser serias pero que la carcajada estalla de pura vergüenza ajena (a saber, “Daredevil”, por decir alguna que haya visto recientemente). Seth Rogen no es, ni por asomo, el cómico del siglo, pero su bobaliconería y estupidez le dan a su personaje el tono ideal para no desentonar en el desarrollo de la trama. Para enfatizar más esto, su compañero de aventuras Kato (Jay Chou) es en realidad el verdadero cerebro, músculo y talento del avispón.

Por otra parte, la factura del filme es impecable, con un buen nivel técnico y escenas de acción bastante vistosas y conseguidas, lo que contribuye a subir una nota que tiene muchas posibilidades de bajar. Por otro lado, sí gana con la partitura de James Newton Howard, aunque podría volver a bajar con las actuaciones de Seth Rogen, Jay Chou y Cameron Díaz. Pero además, tenemos al gran Christoph Waltz y una pequeña intervención de James Franco en las que resultan bastante graciosos…

En definitiva, la cinta es como una montaña rusa, pero considerándola como un todo se deja ver y supone un punto de vista distinto a lo que el cine de blockbuster nos tiene acostumbrados.