Magnífico thriller paranoico de toda una eminencia del género, John Frankenheimer, que se valió de un reparto no menos brillante y del temor que había en la población estadounidense por entonces, en plena Guerra Fría y en la administración Kennedy, para narrar una historia de plena actualidad por entonces y que no ha perdido un ápice de su fuerza y tensión.

“Siete días de mayo” hace referencia a una conspiración, por parte de un general (Burt Lancaster), para derrocar al actual presidente de los USA y a su tratado de desarme nuclear con los rusos. Según unas pesquisas que hace un coronel que trabaja bajo el mando del general (Kirk Douglas), existe una base secreta que se ha levantado de forma extraoficial para hacer de cuartel general de un golpe de estado, por lo que el Presidente (Fredric March) sólo tiene siete días para desenmascarar la conspiración.

De estilo sobrio, montaje y desarrollo clásico, Frankenheimer relata una conspiración ficticia con bases reales (aún coleaba la crisis de los misiles en Cuba), con un blanco y negro que remarca la tensión que se consigue mantener durante todo el metraje, alcanzando sus puntos fuertes en algunas escenas clave. Toda la cinta es dialogada, sin acción, pero no por ello decae su ritmo. Toda la investigación acerca de la conspiración resulta harto interesante, gracias sobre todo a unas actuaciones ejemplares de todo el reparto. Están especialmente brillantes Burt Lancaster y Fredric March, pero también hacen una gran labor Kirk Douglas, Edmond O’Brien y Ava Gardner, aunque esta última en un papel menor.

Destaca la fotografía en blanco y negro, que nos muestra las dependencias de la Casa Blanca, donde se desarrolla la mayor parte de la trama, y una diversidad de escenarios exteriores. La banda sonora del inolvidable Jerry Goldsmith, de marcado tono militar, hace acto de presencia principalmente al comienzo y al final, dejando que la propia historia sea la protagonista de la intriga sin ningún adorno añadido.

El filme presenta grandes momentos, como la tensa conversación entre el Presidente y el general golpista, o la rueda de prensa del final.

Muy recomendable.