Excepcional debut en la dirección del guionista Oriol Paulo, con un thriller absorbente, de increíbles giros argumentales y conseguida ambientación.

Todo empieza con una extraña huida y la desaparición de un cadáver de la morgue, el de Mayka Villaverde (Belén Rueda). El inspector encargado del caso, Jaime Peña (José Coronado), habla con el viudo de la mujer, Álex Ulloa (Hugo Silva) para intentar determinar qué es lo que ha sucedido, quién se ha podido llevar el cuerpo y para qué.

Casi la totalidad de la película se circunscribe a las dependencias del instituto forense donde ha tenido lugar la extraña desaparición. La escenografía es eminentemente nocturna, la cual combina perfectamente con la personalidad de los personajes de Coronado y Silva, uno, un inspector con un trauma del pasado y métodos expeditivos, y el otro, un investigador de laboratorio con mucho que ocultar acerca de su relación con Mayka. La trama se va desarrollando con ciertos altibajos de intensidad, mezclando flashbacks y sacando pistas e informaciones a cuentagotas bien dosificadas.

“El cuerpo” no deja de ser un thriller al uso en cuanto a elementos, con su planteamiento y sus sospechosos, pero Oriol lo adorna con una factura técnica realmente brillante y con efectos sorpresa de guion que le dan cierto halo de misterio sobrenatural a la par que enfoca la historia como una pista de bobsleigh: cuando coge velocidad resulta imparable hasta que explota hacia el final de la cinta.

Hugo Silva y José Coronado llevan todo el peso interpretativo y se les nota cómodos en sus papeles, lo cual da mayor verosimilitud a la narración, pero Oriol no pretende que el espectador empatice con ninguno ya que ambos son, cada uno a su manera, seres despreciables con motivaciones diferentes.

De lo mejorcito que ha salido del thriller patrio reciente.