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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
6
Terror. Thriller Dos adolescentes, Mari y Phylis, quieren celebrar un cumpleaños acudiendo a un concierto de su grupo preferido, Bloodlust. Pero antes que lleguen a la gran ciudad, son raptadas por un trío de maníacos. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El debut de Wes Craven no podía ser más truculento y demencial. El que estaba destinado a ser uno de los reyes del cine de terror empezó su andadura con una cinta en la que ya se observaban varias de las constantes que conformarían su cine posterior.

En “La última casa a la izquierda” se relata una historia de crueldad malsana, un ejemplo más en el que se demuestra cómo el ser humano es la única especie que mata por placer y es capaz de las más aberrantes atrocidades. Vemos unos personajes destartalados, psicológicamente desviados y muy peligrosos, capaces de todo para satisfacer parafilias sexuales en las que se disfruta con el sufrimiento ajeno. Craven penetra en ese oscuro rincón del ser humano y ofrece, en la versión sin cortes, varias escenas explícitas en las que se abusa de dos chicas inocentes hasta el extremo de jugar con sus vidas. Es el pre-nacimiento del cine “slasher” de psicópatas, cuchillos y jovencitas que se popularizaría poco tiempo después con “La matanza de Texas” (1974) de Tobe Hooper y tendría gran éxito entre el público adolescente, algo que el mismo Craven aprovecharía bastante bien.

A pesar del planteamiento depravado del filme, Craven suaviza un tanto el efecto dotando de humor a algún personaje y utilizando de forma harto extraña la banda sonora, aunque sólo consigue aumentar la sensación de incomodidad que domina la cinta. Por otra parte, da al respetable un cierto alivio (o más secuencias desagradables, según lo escrupuloso que se sea) de las maldades de las que ha sido testigo equilibrándolas con otras maldades más justificadas, las que ejecutan los padres de las pobres chicas.

Un “slasher” en toda regla con sabor hippie que abriría las puertas de una nueva forma de hacer terror de la que Craven sigue siendo, ahora y siempre, uno de sus principales y más talentosos artífices. Recomendable con prudencia.
Richy
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