Típica y entretenida cinta británica de aventuras que adapta la famosa novela de Julio Verne del mismo título, cuyo principal atractivo radica en los notables efectos especiales del rey del stop-motion, Ray Harryhausen.

“La isla misteriosa” cuenta la historia de unos prisioneros de guerra que se fugan en un globo. Una terrible tormenta los lleva a una isla desconocida, en la que habitan animales gigantescos con los que tendrán que lidiar para sobrevivir, pero en la isla también se encontrarán a un ilustre personaje que lleva escondido allí hace tiempo y que tendrá una explicación para ese crecimiento anormal de la fauna…

El filme de Cy Endfield se desarrolla de forma amena aunque poco rigurosa, concentrando los clichés del cine de aventuras clásico y mezclándolos con toques de western. La parte fantástica de la cinta la pone Ray Harryhausen y sus animales en stop-motion, técnica vistosa y efectiva con la que se logra un movimiento realista y dinámico de cualquier molde de criatura, cosa o lo que se quiera articular en pantalla. Los resultados son espectaculares, alcanzando verdadera maestría en clásicos como “Jasón y los argonautas” (1963). Harryhausen aporta, junto con su habitual director de fotografía Wilkie Cooper, lo más destacado de la obra por encima de su guion resultón, propio de serie B, y de sus obtusas interpretaciones.

A pesar de haber envejecido mal, la cinta resulta entretenida para una sesión de tarde, y siempre será mejor elección que cualquier telefilme casposo de lágrima fácil y moralina de parvulario que lideran las sobremesas en todas las cadenas de televisión.