Remake de la exitosa serie de los '70 dirigido por un especialista en comedias insustanciales pero entretenidas como es Todd Phillips.

Starsky y Hutch son dos policías con distintos puntos de vista: mientras uno es el adalid del buen hacer policial, el otro pisa muy de cerca la línea de la ilegalidad. Ambos se verán obligados a trabajar juntos más que les pese, y les asignarán un caso que les ayudará a unirse como nunca hubieran imaginado...

Recordando un poco bastante a las películas ochenteras de parejas de policías, este remake cuenta con unas buenas dosis de humor estúpido y, gracias a God, se nota la falta de seriedad tanto en la dirección como en las actuaciones. Si Todd hubiera intentado hacer una película seria, otro gallo nos cantaría (y menos nota le pondría, of course). Ben Stiller sigue en su línea, pareciéndose cada vez más a un Mortadelo del celuloide por la cantidad de disfraces que saca en casi todas sus películas, pero no sabemos si lo hace por enmascarar sus carencias como actor o porque sólo acepta papeles donde pueda dar rienda suelta a su creatividad. Owen Wilson, aunque sea el co-protagonista del filme, siempre seguirá siendo el segundón y así lo demuestra en su interpretación. Con esto y con todo, aunque parezca mentira, el rapero Snoop Dogg es el más destacado del reparto.

Como resúmen, nos quedaremos con su ritmo entretenido, su estética pulp y con un pequeño cameo de los antiguos Starsky y Hutch. Mayores, pero aún reconocibles.