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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
8
Aventuras Antigüedad, Helenismo. Alejandro (356-323 a. C.), rey de Macedonia, comenzó a reinar a los veinte años. Se apoderó primero de Grecia y, después de conquistar el inmenso Imperio Persa, siguió avanzando hacia la India. Fue un gran estratega que nunca perdió una batalla, un visionario cuyos sueños, hazañas y destino dejaron huella en la Historia. Cuando murió, a los 33 años, había forjado un imperio sin precedentes en la historia. Los ... [+]
3 de marzo de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magno fue Alexandros, y magna es esta colosal obra de Oliver Stone, director experto en detalladas biografías cinematográficas de larga duración.

Es el relato de la vida y leyenda de Alejandro Magno, el mayor conquistador que ha conocido el mundo, visto desde la perspectiva de uno de sus fieles amigos y servidores: Ptolomeo de Alejandría (un aprobado raspadillo para Anthony Hopkins). Es, por tanto, una gesta contada y, como todas ellas, no le faltan exageraciones y descripciones semidivinas para mayor gloria de la memoria del héroe. Alejandro aparece por tanto como un semidiós que igualó a sus mitológicos antepasados Aquiles y Heracles, autoproclamándose incluso hijo de Zeus en el templo de Siwa (este episodio sólo se comenta de pasada en el filme).

Dentro de lo que tiene que ver con la leyenda, la película refleja fielmente algunos detalles de conocimiento popular como la doma del salvaje Bucéfalo, su destierro por deshonrar a su padre Filipo ("¿éste es el hombre que os va a llevar a la victoria? ¡Si ni siquiera puede tenerse en pie!") o las lágrimas que derramó cuando dijo a su ejército que volvían a casa, por poner unos ejemplos más o menos famosos.

Es una película épica de personajes, de grandes diálogos y diatribas, pero de un escaso nivel interpretativo general. Colin Farrell es incapaz de expresar nada si no es abriendo mucho los ojos, Angelina Jolie da la sensación de hacer el mismo papel en todas sus películas y ni siquiera se salva el gran Sir Anthony Hopkins. Sólo Val Kilmer brilla con luz propia sobre una constelación de estrellas apagadas.

En una cinta como ésta, los personajes son muy importantes, pero Stone ha equilibrado la balanza en el aspecto visual y sonoro. La película gana muchos puntos en escenas como la entrada de Alejandro en la monumental Babilonia, o con la acertada elección de los no menos míticos Vangelis para una banda sonora que nos transporta a la época helenística y a los sueños de un hijo de dioses que, al igual que sus antepasados, tendría un destino trágico después de haber conocido la gloria.
Richy
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