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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
7
Comedia. Drama Crónica del encuentro entre dos mundos antagónicos: el de Georges (Pascal Duquenne), un hombre con Síndrome de Down, y el de Harry, un ejecutivo (Daniel Auteuil). Harry, que se nutre única y exclusivamente de la artificialidad del pensamiento positivo, no se imagina cuánto puede aprender de Georges. El octavo día, ése que no figura en ningún calendario, representa el choque entre el orden y la anarquía, la razón y la locura. (FILMAFFINITY) [+]
6 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entrañable comedia belga repleta de tópicos cuyo principal atractivo radica en la soberbia interpretación de Pascal Duquenne, un actor con Síndrome de Down que ya hizo sus pinitos con el mismo Jaco Van Dormael en “Toto, el héroe” (1991).

“El octavo día” cuenta exactamente lo que uno espera que cuente: Harry (Daniel Auteuil) es un ejecutivo que da ponencias sobre actitudes positivas pero en realidad su vida es un auténtico fracaso. Georges (Pascal Duquenne) padece Síndrome de Down y vive en una institución para disminuidos psíquicos. Tanto uno como otro se encontrarán a mitad de un camino que pensaban recorrerlo solos, pero su amistad hará que afronten sus problemas con un apoyo inesperado.

Predecible hasta la médula, la película de Van Dormael se construye como cualquier otra película de amistad en la que uno de los amigos padece algún problema o enfermedad con la que se consigue empatizar con el público al instante. El personaje de Georges es el equivalente al de, pongamos por caso, Dustin Hoffman en “Rain man” (1988), salvando las distancias de que en esta ocasión sí es un verdadero deficiente psíquico el que hace de deficiente psíquico (y no mongólico, término ya obsoleto y denigrante para este colectivo, algo que parece desconocer Dormael por motivos obvios en el filme). Con esta premisa de partida, se elabora una historia en la que la química entre los dos actores es lo más importante y lo que en realidad la hace funcionar a las mil maravillas.

Impresiona de verdad ver el papel que realiza Duquenne, quizás por falta de ver más actores con su problema en la gran pantalla. Demuestra cómo no tiene por qué haber barreras para que estas personas consigan realizar un trabajo delicado, sencillo, emotivo y, sobre todo, natural, ya que ésta es su virtud más valorada. La química entre Duquenne y Auteuil se hace destacable en la pantalla, no es nada artificial y es muy sincera: no en vano los mejores momentos del filme son cuando aparecen juntos, pues se les ve cómodos y se nota que se divierten.

Quizás a Dormael se le pueda acusar de tramposo debido a lo fácil que resulta sacar una lágrima a costa de un actor con Síndrome de Down, pero lo que de verdad resulta difícil es conseguir que su película no acabe en el patetismo y la pedantería más absolutos y consiga que nos riamos y nos emocionemos por lo que son, sin importar los defectos: unos actores capaces de hacernos sentir esas sensaciones.

Muy recomendable.
Richy
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