No, hasta el momento no he visto semejante destreza anunciada en la pantalla, cuasi sublimada en un sentido fáctico, entiéndase que el sentido es promover la virtuosidad de un habilidad plástica y un tanto psicológica, el chico es un "artista", se lo sabe, aunque también lo es: antípoda del anquilosamiento, aunque no por mucho, hay aspectos que acometen en ese siniestro aspecto lúgubre, propio de un final Bressoniano, donde no solo se orna el paroxismo como quid de una cronología en la cual, la consecución lleva a tales consecuencias, los policías lo saben, poco tomados en cuenta, se arrellanan frente a los barrotes, nervadura del sistema que persigue, oda Kafkiana.

"la creación es una preservación temporal de las garras de la muerte" E.C. Y el amor... agregaría... el personaje se ve envuelto en una serie de tramas internas, no se trata de cine dentro del cine, para nada, pero hay algo más que lo superficial, de hecho los diálogos resultan exquisitos, ya que inducen a pensar en ello, el personaje es conminado, sin embargo no es suficiente para que decaiga, su partida a Paris esta oculta del mismo modo, pues Bresson bien lo sabe, el universo mismo parte del sufrimiento, sino hay que ver Mouchette (1967). El Paraíso no se ve, pero las destrezas manuales son exquisitas, fungen como súmmum de un paroxismo próximo.

Se torna cercana: es cuando la consunción del personaje más que evidente en toda la película, sus andrajosos ropajes y su precariedad, semejante al que tienen los personajes de "Ladrón de bicicletas" (1948), puede haber consumación en el inicio del film a pesar de tanta maestría pospuesta y virtuosa manual, y a pesar de su aspecto político, es decir, por ser político, aunque bien el filme va más allá, es interesante como entre el grupo se genera una movilidad, para disipar y birlar a sus posibles seguidores, dos o tres veces si es necesario, así fungen/agencian en el sistema de la tecnocracia, esto ocurre en un tren, magnifique, Bresson es un grande. Hay errores que se cometen sin compañía, y lo sabe el espectador, de otro modo, a pesar de que Bresson anuncia la posibilidad del solipsismo, de la subjetividad y del sentido de lo fútil, el personaje aún conserva su amor, y ese amor, femenino, sutil e inocente, consiente finalmente el objetivo sobre el cual abogaba su amor, de ahí el anquilosamiento expuesto, el film peta, y da para más de lo expuesto.