Si la película se hubiese quedado en dos horas me hubiese parecido una más que buena película, pero empiezan a dar giros, vueltas y reviravueltas cuando ya sabes como va a acabar y, todo ese tramo, pierde mi interés. Aparte que el parecido con Shutter Island es más que evidente en todo ese tramo.

Vale que cuando ambas historias se cruzan, y donde sí me engañaron, y me hace replantear lo ya visto,me parece genial. Otra cosa es que ello sirva únicamente para dorar la píldora pero a mí no me molesta en absoluto.

La película tiene tres estupendas interpretaciones de la mano de Bárbara Lennie, donde lo único que me echa para atrás es la escena de baile que parece más de una comedia romántica que de un thriller supuestamente serio; Eduard Fernández y, especialmente, Pablo Derqui. Sería raro no verlo como Secundario o revelación en los Goya.

Sin desmerecer la ambientación, sentido del ritmo o diseño de producción que son excelentes, me quedo con otras películas del director ( El cuerpo, Contratiempo), quizás no tan perfectas pero mucho más auténticas. Aquí todo está demasiado medido y me acaba pareciendo demasiado falso.