A ver, a ver, lo primero: ¿cómo es posible que ya haya tantas críticas negativas de este pedazo de peliculón?

Las entendería si fuesen escritas por gente a la que no le gusta la saga Bond, por todo eso de la vacuidad, el cinismo, la exageración, etcétera etcétera. Pero maldita sea, es que esta película es James Bond en su salsa, es 007 elevado a la máxima potencia.

Que sí, que hay fantasmadas imposibles de realizar en la vida real, y Daniel Craig parece un superhombre con una puntería perfecta capaz de lograr cualquier proeza sin despeinarse lo más mínimo, amén de poder recibir hostias que tumbarían a un elefante sin que dejen ni un solo moratón en su inmaculado cuerpo.

Pero qué queréis que os diga, con el pedazo de elenco que han reunido esta vez, todas esas nimiedades se pueden pasar por alto, y así conseguir disfrutar de la ACCIÓN, en mayúsculas, y de la atmósfera bondiana que rezuma Spectre por todos sus poros, que consigue que pases las dos horas y media que dura disfrutando como un enano, aguardando impaciente la siguiente escena.

Y hablando de escenas, se nota que hay talento detrás de la cámara cuando lo primero que aparece en la cinta es un cojonudo plano-secuencia. Genial idea, señor Mendes.

En resumen, 007 al servicio de su Majestad el séptimo arte.

Dos menciones en el expoliadero con spoiler.