Teniendo una premisa notable, Next de Lee Tamahori, director de la justita Muere otro día, no consigue enganchar al público en ninguno de sus aparentemente atractivos momentos, que son las secuencias de acción. Fíjense, quizás lo que más me ha motivado de esta cinta son los momentos donde Chris (un sosísimo Nicolas Cage) ve lo que ocurrirá dentro de un rato (ya sean 2 minutos, 2 horas o lo que a Tamahori se le ocurra en ese momento). Esta Next es una película, ante todo, sin sentido, sin coherencia y sin apenas ritmo. Y entonces, amigos, pensarán: ¿quién es el temible guionista? Pues ahora mismo no me acuerdo, ni me dan ganas de mirarlo, pero lo que sí sé es que está basada en una novela del legendario Philip K. Dick, autor de novelas que han sido llevadas al cine con absoluta maestría, como son Minority Report o Blade Runner. Y lo peor de todo es que el aparentemente interesante final no es nada más que una absurda teoría que dudo muchísimo que Dick la hubiera contado de esa forma.
Ridícula hasta decir basta, sin apenas una Julianne Moore decente (su papel es más frío, distante y antipático y ni si quiera tiene un motivo para serlo) y una Jessica Biel que para lo único que está es para lucir cuerpo (¡y para proporcionarle dos horas más de tiempo al protagonista, no me acordaba!). Se ve que el que ha hecho el montaje es un auténtico as de las malas películas, pues no tiene ni una sola escena enlazada con la siguiente de manera elegante. ¡Hasta los títulos de crédito son sopopíferos! Y es una pena, pues el trailer tampoco prometía tan poco y tenía un trío de estrellas de buena calidad (bueno, Moore es una cosa mayor y Cage cuando se pone lo consigue). Pero no sé qué maldito truco ha hecho Tamahori para realizar tal bodrio sin pies ni cabeza con una puesta en escena pésima (excepto cuando estan localizando la bomba, al final) y con unas escenas de acción demasiado poco creíbles.
No la recomiendo a nadie, ni a los aficionados al cine de acción. Que vayan y disfruten con Bourne, que eso ya son palabras mayores.