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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
9
Bélico Segunda Guerra Mundial, 1944. Tras el desembarco de los Aliados en Normandía, a un grupo de soldados americanos se le encomienda una peligrosa misión: poner a salvo al soldado James Ryan. Los hombres de la patrulla del capitán John Miller deben arriesgar sus vidas para encontrar a este soldado, cuyos tres hermanos han muerto en la guerra. Lo único que se sabe del soldado Ryan es que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de ... [+]
24 de marzo de 2008
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
2ª Guerra Mundial. Desembarco en Normandía. Un batallón de ocho hombres del ejército americano recibe órdenes de salvar al soldado Ryan, único hermano superviviente de una familia que ha perdido ya a tres en el fregado bélico. Ni siquiera hay certeza de que esté vivo ni se sabe dónde puede estar. Es una odisea que en medio de la estupidez de la guerra, acrecienta tanto la heroicidad como el absurdo de la situación. El absurdo atrae a sus fauces más absurdo, la locura engendra locura.
Steven Spielberg en su impecable y discontinuo repaso de géneros y grandes acontecimientos hace con "Salvar al soldado Ryan" una de las mejores películas bélicas de los últimos cuarenta años (y hay muy pocas buenas). Es un bélico "gore", una plasmación crudísima y rayano lo desagradable en violentísima explicitud y verosimilitud de plasmar lo que hay en el vientre de la bestia. Spielberg nos enseña la guerra por dentro y hasta su núcleo mismo, vampiriza a ésta para extraer de ella todo su jugo infectado, insoportable y mortífero (es objetivo de Spielberg soltar regueros de sangre, vísceras, carnaza y violencia para que precisamente lleguemos a odiar a ésta, como solo se odia a lo más dañino). Usa para ello su prodigiosa técnica, acompañándola ahora de una maravillosa utilización de la cámara en mano, además de su imperial dominio prematuro de la puesta en escena.
Está claro que Spielberg lanza el mensaje humano dentro de la brutalidad inhumana de lo que recorre esta odisea: la igualdad de los seres humanos, la importancia de cualquier vida humana (salvar a Ryan es, dentro de su plausible estupidez, el acto más racional de todos). Y está claro también que mantiene Spielberg sus "tics" característicos: moralina, discutibles prólogos y epílogos, patrioterismo, mirada cómplice a la taquilla... pero es de necios negarle a este hombre su puesto en la Historia del Cine, negarle su capacidad creativa, su habilidad para emocionar, su astucia, su talento. Siempre (o casi) me produce una misma contradicción: yo odio el cine comercial pero es un gustazo ver sus películas taquilleras, arrasadoras, muchas obras maestras ya sea del entretenimiento puro y duro, ya sea de lo puramente artístico, ya sea del más bendito infantilismo. Es uno de los grandes, uno de los nuestros amigo cinéfilo: la excepción que confirma la regla.
kafka
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